Two~

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Miércoles. Espantosa semana; ya estamos más cerca del viernes... Al fin.
Estoy en clase de Procesos Psicológicos y una infinidad de murmullos se escuchan alrededor de mi cabeza. Estúpido salón, por qué eres tan pequeño? Puedo escuchar a Edward hablar con otro grupo de compañeros. Me empieza a dar sarna cada que habla, es como una especie de ansiedad.

-Cuando estaba en la otra universidad...

Apenas escuché. Edward es de los que a primera vista se les aprecia lo idiotas... Y una vez que lo conoces reiteras la hipótesis. Tiene una voz chillona y entre cada frase que dice siempre hay una mala palabra; se cree superior. Su tez bronceada no le ayuda en nada, y mucho menos su cabellera desaliñada le ayuda. Alardea de lo que sabe.

-Estaba estudiando matemáticas-sonrió. Y he de admitir que por muy "simpático" que sea... Eso no le quita lo idiota. Tiene mal gusto por la moda-. Están pesadas las matemáticas. Muy difíciles...

El muchacho siguió. Rodé los ojos y le preste atención al juego de copias sobre la paleta de mi banca. Debía leer lo que más pudiera antes de que el profesor llegara; estos últimos días no leía para nada y eso me afectaba, la mayor parte de mi calificación eran las participaciones que acumulara en el semestre.
Leo rápido, la lectura es ligera... Gracias al cielo que antes de ir al colegio vi un video referente al tema. Es mucho más fácil.

-Buenas tardes- musita el profesor de edad avanzada. Acaba de entrar al reducido salón-. Bien, comencemos el seminario.

Una chica castaña comienza. Es demasiado audible a pesar de encontrarse en el otro extremo. Es la segunda vez que la escucho participar, conozco su voz fuera de ese contexto. Parece ser que siempre tiene problemas en casa, nunca deja de quejarse con su amiga la morena de ojos expresivos.

(...)

El tiempo es lento, y no encuentro el momento para participar. La puerta se oye, alguien está llamando. El sujeto que se encuentra participando calla y alguien más abre la puerta. Me es imposible ver, el salón es tan raro que estoy junto una pared de metro y medio de ancho. El profesor sonríe y sale cojeando.

-Sí ponen atención, jóvenes.

El profesor regresó. Un castaño de ojos marrones entró. Su voz resonaba, pero yo seguía pendiente de leer lo que quedaba de la lectura; en cuanto el joven término... Nuevamente veía al rubio asomarse y decirnos gracias.
¿Por qué no preste atención?
Estaba tan molesta conmigo misma que buscaba más oportunidades de participar... Gracias.

-¿Estás bien?-cuestionó Beth quien estaba en el pasillo esperándome.
-Me duele la cabeza, nada grave.

La clase fue amena. En el pasillo me había esperado Beth. Estaba tan radiante como siempre.

-¿Qué clase tienes ahora?-cuestiono, no sé que haré en mi periodo libre.
-Tengo Experimental, ¿por?
-Tengo un periodo libre-mi sonrisa torcida demuestra que esa respuesta me desagrado-. Veré que hago, quizás Cath pase el rato conmigo.

La chica sonríe. Y entra a su respectivo salón, es increíble que ya hayamos llegado al primer piso.

Bajo el último conjunto de escaleras y miro el móvil. Hay dos llamadas perdidas de Cath; deslizó el pulgar sobre la pantalla y llevo el móvil a mi oreja.

-¿Cath, qué pasó?
-¿Tienes algo que hacer ahora?-contesta del otro lado.
-No, de hecho tengo un periodo libre. ¿Por qué?
-Estoy en la explanada, te veo en la mesa de siempre.

Corté la llamada y caminé por el largo pasillo llamado "Pasaje Cultural". Justo enfrente del edificio de gobierno se encontraba Cath, esperaba ansiosa en el banco.

-Hola-le sonreí.
-¿En serio no tienes nada que hacer?
-No, ya te dije que no. Tengo un periodo libre.
-¿Me acompañas?-cuestiona curiosa y con una sonrisa picara. Algo trama.
-Claro, ¿a dónde?
-Vamos allá-dice señalando a la nada. El camino que llevaba a la biblioteca.

Asentí. Y deje que ella me guiara, realmente no tenía ganas de quedarme sola. Aunque algo me dice que nos iremos de fiesta.
De un momento a otro nos hemos unido a nuestro grupo de amigos. Todos me miran perplejos y quedan sin habla.

-¡¿Ellie?! Irás con nosotros?-Chad, el chico de ojos claros y bonitos. Parece sorprendido con mi ida a donde sea que vayan. Sólo muevo la cabeza de arriba a abajo-. Cuiden a Ellie, no queremos que le pase algo.

Fruncí el entrecejo. ¿Cómo que deben cuidarme? Hay algo mal aquí...

-Cath, ¿a dónde vamos?
-Te divertirás. En serio, prometo regresarte sana y salva a la facultad- lleva su mano a mi espalda-. Además, sólo es a unas calles.

Todo lo que mi grupo de amigos hablaba... Todo sé refería a mi. Estaban más que sorprendidos, otras veces me habían invitado y siempre había negado. En aquel entonces Beth y yo pasábamos más tiempo juntas. No teníamos horarios diferentes.

(...)

-Pide vasos.

Chad estaba por abrir la primer botella de bebida alcohólica. Vaya... Ahora ya sé en donde encontrarlos cada que falten a clase.
El lugar es poco espacioso, tranquilo. La barra ocupa la mitad del lugar; se ven las vitrinas llenas de copas y vasos de tamaños diferentes. En el peldaño que está más abajo hay diversas botellas... Quizás son para cocteles.

Una mesa en el centro del lugar era la única desocupada. Así que no nos quedaba de otra... Miro alrededor, hay parejas y grupos de amigos platicando por todos lados, son diversos estímulos.

-¡Ten!-dice Chad, frente a mí a puesto un vaso con un líquido rojo-. Pruébalo.

Niego con la cabeza y hago a un lado el vaso. Saco de la mochila mi botella de agua natural. Suena tonto, jamás he sido una persona "sana", pero no es demasiado tarde para comenzar una dieta.
Siguen insistiendo un par de veces, pero yo sigo negando. Conforme la noche avanza ellos ya han pedido una botella más. No están ebrios, o quizás si.

-Toma algo, no puedes beber sólo agua.

Fer habló. De un momento a otro perdí de vista el rostro de chico, una cabellera roja se interpuso... Era Cath quien ya parecía perdida. Abrazaba al joven de cabello rizado.
Sigo mirando a mi alrededor, todos mis amigos tienen una conversación, menos Cath y Fer... Ellos ya estaba intercambiando chicle.
Miro a otro lado y veo al rubio... Está mirando detenidamente hacia nosotros. Esquivó su mirada, me siento nerviosa.
¿Por qué el rubio está en todos lados?

-¡Ellie!-dice Cath quien a dejado los labios de Fer lejos de los suyos-. ¿Te digo algo? El chico de la barra no deja de mirarte.

Mis ojos son dos platos llanos. Y discretamente giro el rostro y veo al rubio colocar una vaso sobre la barra, un guiño y fue suficiente para atraparme un su mirada azul, era como estar en la playa.

-Anda, acércate.
-No-digo nerviosa y ahora todos mis amigos me ponen atención. Empiezan a susurrar que me acerque. Me han obligado a levantarme y con ello me han empujado hacia la barra.

-La casa invita. Es agua mineralizada, no tiene nada de alcohol.
-¿Me hablas a mí?-digo curiosa.
-Claro-sonríe y mi corazón palpita a mil por segundo-, he visto que desde hace rato tus amigos insisten en que bebas. Creo que este fue el mejor plan para alejarte de sus garras. Están perdidos en el alcohol.

El muchacho mira de reojo a mi grupo de amigos mientras seca algunos vasos y los coloca en la vitrina.
¿Y acaso intento decirme que me ha salvado de un grupo de amigos que conozco mejor que él?

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Cien lecturas en menos de lo que esperaba. Gracias... De verdad.
En cuanto la lectura llegue a las 120 lecturas... Subo el siguiente capitulo.
Dejen sus comentarios y voten .
H. Xx

Barman |N.H.| Terminada (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora