Thirty four~ (Ultimos capitulos de temporada)

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El domingo fue un día común, no había acontecido nada fuera de lo normal, incluso me pareció aburrido aquel día. Y no es que quisiera que algo de impacto sucediera; con que alguien nos visitara, hubiese sido suficiente.

Cuando el lunes por fin llegó, sentí que algo cambiaría. Me sentía plena y a la vez extrañada; la sensación era curiosa.
Como cada mañana, bajé al desayuno. Sólo estábamos mamá, Alice, el abuelo y yo; papá había salido muy temprano a trabajar.
Nadie hablaba durante aquella degustación. Sólo existían intercambios de miradas y nada más. Sin embargo, Alice rompió el patrón que llevábamos; el timbre había soñado una vez y Alice aseguró que era para ella y que se encargaría de abrir.
Le vi desaparecer para luego volver a la cocina un poco decepcionada:

-Es el vecino de enfrente. Te busca, Ellie.

Tomé una servilleta y limpie las comisuras de mis labios. Peiné un poco mi cabello y salí en busca del muchacho. Sabía que en cuanto lo tuviera frente a mi, la inseguridad e incomodidad aparecerían. Y así fue.

-¡Hola, Marcus!-musité.
-¡Hola, Ellie!-su tono de voz parecía lejano-. Vengo a disculparme por lo del otro día. Fue un impulso, y estoy muy apenado contigo.
-No hay cuidado. Igual no significó nada.
-No-una pizca de decepción, eso había en su voz. Sin embargo desapareció al instante y volvió a hablar-. Quiero disculparme. ¿Te parece sí paso al rato por ti? Te llevaré a un lugar fantástico. En plan de amigos, claro.

Dudé un momento y luego acepte la invitación. No perdía nada con ir, igual estaba algo aburrida.

~

18:30

Estaba vestida para una fiesta con amigos. No una formal. Iba con unos jeans, un blusa y mi chaqueta de cuero negro; no pretendía quedarme mucho tiempo.

Cuando el timbre resonó, me encargué de la puerta. Ahí esperaba Marcus, estaba tan casual; admito que lucía mejor que otra veces.
Caminamos hasta la acera y me invitó a abordar la camioneta oxidada de su padre. Ésta misma la puso en marcha y nos llevó al destino requerido.

La aparcó lejos de los otros autos, autos que lucían demasiado. Deportivos, convertibles... Parecía un lugar donde sólo los hijos de mamá y papá iban.
Marcus me ayudó a bajar del auto, colocó un mandil sobre su cuerpo y caminó a mi lado.

La entrada del lugar era muy llamativa, las puertas eran corredizas de madera fina y por arriba de las mismas se situaba un gran letrero con luces neón que rezaban "Cherry's". Lastimaba los ojos sí le miraba de cerca y por mucho tiempo.

-Ella viene conmigo-murmuró Marcus al par de guardias de seguridad en la entrada.

Recorrieron las puertas a la par y entramos a un lugar algo oscuro. Giramos a la derecha y las luces del recinto iba en muchas direcciones. Era un antro juvenil, y a pesar de que era lunes... Todos los jóvenes de la ciudad estaban ahí.

El lugar era enorme. Dos plantas, mesas, una larga barra al final del lugar; en cada esquina había una mesa redonda con un soporte en el centro. Sí no fuera un antro, pensaría que era una mesa con sombrilla, una palapa.

-¿Te disculparás trayéndome a este lugar?-cuestioné cuando cuatro mujeres subieron a la par en cada una de las mesas situadas en los rincones. Mujeres con ropa provocativa; hice una mueca de desprecio y volví a hablar-. ¿Un lugar donde bailan mujeres casi desnudas?
-Vamos, yo trabajo en la barra de la planta alta.
-¿Trabajas aquí?-grité a causa de la música.

Tiró de mi brazo llevándome escaleras arriba. Me situó en una mesa cerca del rincón y fue a la barra. Susurró algo en el oído de un chico que servía un martini y regresó a la mesa con un par de vasos que otro chico en la barra le otorgaba.

-Cortesía de la casa-me alcanzó uno de los vasos.
-¿Qué es?
-Sólo bebe... Confía en mí.

Levanto el vaso y lo pasé muy cerca de mi nariz, emitía un aroma extraño. Peculiar.

-No. Será mejor que pida una soda-soné desconfiada.
-¡Mel!-gritó aquel chico a una mesera que atendía una mesa cercana. La chica se giró y le reconocí; su sonrisa desapareció-. Trae una soda, por favor.

La chica asintió y se fue meneando sus caderas. Varios hombres giraron en su dirección mientras se relamían los labios. En ese momento, uno de los chicos de la barra le hizo una seña a Marcus y él se disculpó diciendo que debía atender y que regresaba en un rato.

-¡Vaya, vaya!-musitó Melissa quién regresaba y a su vez llevaba una charola apoyada en una sola mano-. Veo que tienes gusto por los Barman o incluso por un simple mesero de un sex-club.
-¿Disculpa? ¿Sex-Club?
-¿Marcus no lo mencionó?-río y se sentó a mi lado-. A todas sus novias las ha traído aquí, incluso yo vine con él. En este mismo sillón inició la diversión. ¿Ves aquellas escaleras?-cuestiona señalando las mismas donde se visualiza a dos parejas: una que sube y otra que baja. La primera parece ebria. El chico ha metido su mano bajo el vestido de la chica; la segunda pareja viene más que feliz. Ambos están arreglando su peinando mientras se besan-. No las pierdas de vista. Este club no es como cualquiera. Y ahora que veo que estás con Marcus... Supongo que Niall está libre. No dudes que seremos una gran pareja.

Dudo por un momento y saco el móvil del bolsillo trasero de mis jeans. Miré la hora y noté que el tiempo transcurría más lento de lo normal. Debía moverme rápido o algo iba a suceder; me deslicé muy rápidamente por el pequeño sofá en forma de media luna. Camine directo a la entrada y corrí en busca de un taxi que me llevara a casa.

Estaba cansada de correr lejos del lugar.
Tomé el móvil en mis manos y revise sí había notificaciones pendientes: nada.

12:33am

Rezaba el reloj.

"Número desconocido: ¡Sellers! ¿Dónde te metiste? -Marcus-"

Un mensaje rápido diciendo que tuve una emergencia y listo. Tenía miedo de lo que pudiera suceder; había visto tantas series y películas que creí que sí bebía del vaso que me otorgó... Quizás caería en un sueño profundo para estar a disposición de él como más se le antojara. No arriesgaría mi vida de aquella forma; muy a pesar de que Marcus es mi vecino, había algo en él que no terminaba de convencerne. Lucía extraño y muy oscuro; me obligaba a indagar sobre él.

Una vez que descansé sentada en la acera, volví a caminar. Sin embargo, mis delirios aparecían...
Cuando por fin creí que sería atacada, vi la luz al final de la calle. Corrí y doble en la siguiente esquina; iba mirando detrás de mí. Choqué.

-¡Ah!-grité y miré detenidamente. Harry estaba ahí... Con Alice. Y estaban tomados de las manos.-¡¿Alice?!
-Emmm... Hola-dijo sonrojada mientras Harry relamía sus labios y quitaba el exceso de brillo labial de sus mejillas.

Sabía que estaba pasando, en cambio, era poco creíble...

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N/a: lamento la demora. Espero les guste.

Hxx.

Barman |N.H.| Terminada (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora