III

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Aquel lugar lo hacía sentir incómodo por la tensión y competitividad que se respiraba en el aire. No entendía por qué tenía que estar allí; le había dicho a su papá que aún no quería conocer a su pareja, pero terminó en aquel paddock, viendo cómo la gente iba de un lado a otro, verificando que todo estuviera listo para la clasificación de la carrera. Además, había algo que le llamaba la atención: ¿por qué una escudería como Red Bull solo tenía un auto? ¿Acaso habían perdido fuerza y ​​ya no eran tan competitivos como antes? ¿Qué otras cosas habrían cambiado desde la última vez que vio una carrera?

—Chico, no puedes estar aquí, estamos trabajando. Por favor, sal del box; estás estorbando a los demás —dijo un hombre bastante alto que se había acercado, usando palabras que me parecieron un poco hirientes.

—Lo siento, mi papá me trajo... —mis palabras fueron interrumpidas por la presión de un brazo rodeándome por los hombros, acercándome hacia la persona que hizo ese gesto.

—No te preocupes, él está conmigo... y con Checo, así que no está estorbando. Mejor ve y sigue con tu trabajo en vez de decir tonterías —dijo el chico, quien aún me sujetaba por el hombro, provocándome algo de temor al ver sus ojos, oscuros aunque con un tono celeste.

—¿Todo bien, Yuki? Un gusto conocerte por fin —agregó, mostrando una sonrisa algo amistosa y dejando atrás su actitud anterior.

Me quedé unos segundos procesando lo que estaba pasando. ¿Quién era él? ¿Por qué me había dicho eso? ¿Por qué me defendió de ese hombre? Estaba confundido, hasta que mi mente conectó las ideas y me di cuenta de que era la pareja de papá Checo. Solo pude dedicarle una mala mirada; No podía aceptar que aquel chico fuera el interés romántico de mi papá.

—Supongo que sí —murmuré sin más, sin ganas de iniciar una conversación con él.

Busqué la manera de alejarme y salí de aquel lugar. Caminé por los pasillos del paddock, intentando encontrar una salida. Me abrí paso entre la marea  de trabajadores de distintos equipos, lo cual solo aumentaba mi nerviosismo. No quería estar allí, pero soportaba la incomodidad porque sabía que Checo era feliz estando con su pareja en ese momento. Comencé a caminar buscando algo para entretenerme, pero no había nada... hasta que mi vista se posó en una figura que reconocí: el mismísimo Fernando Alonso. Sentí cómo mi respiración se cortaba por un segundo al ver a uno de mis mayores ídolos, pero aquel sentimiento de emoción se desvaneció cuando un doloroso recuerdo de mi padre Kamui apareció en mi mente, diciéndome que aquel piloto solo era una farsa.

Seguí caminando, aún con la incomodidad y el nerviosismo de estar allí, temiendo que me echaran por no estar junto a papá Checo, a quien todos conocían en ese lugar. Mi vista se detuvo en el cartel de una escudería: "AlphaTauri". Lo miré unos segundos, hasta que di un pequeño salto al sentir la presencia repentina  de una persona a mi lado.

—Tiene un nombre interesante, ¿no? —preguntó el hombre, bastante alto y con una sonrisa radiante—. ¿Qué haces por aquí? Dentro de un rato de comenzar la práctica, deberías estar en las tribunas.

Me tranquilicé al ver que aquella persona era bastante amigable, y pude sentir cómo mi cuerpo se relajaba.

—Mi papá conoce a un corredor, y mí no me agrada mucho... Por eso prefiero caminar por aquí en vez de estar con ellos dos —murmuré, sin quitar la vista del hombre—. ¿Eres piloto de esa escudería? Pregunto porque llevas el uniforme de un piloto... ¿Eres piloto reserva o algo así? ¿No deberías estar ya listo para la práctica?

—Espera, pequeño, no puedo responder tantas preguntas a la vez —respondió, soltando una risa—. Sí, soy piloto, y soy el número uno de mi escudería. Estaba por ver a mi hermano antes de la carrera; es el piloto de Red Bull —dijo, aún riendo.

Mis ojos se abrieron al escuchar aquello: él era el hermano de la pareja de mi papá. Eran completamente opuestos.

—¿El equipo de la pareja de mi papá? —solté sin pensar, aún sin creerlo. Vi cómo él también se sorprendió por mi pregunta.

— Entonces ¿eres el famoso Yuki? —preguntó, aún con sorpresa en su expresión—. Vaya... Soy Daniel, hermano de Max, la pareja de tu papá —dijo, volviendo a su tono alegre mientras colocaba una mano sobre mi hombro.

¡Yuki!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora