Hailey

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Me veo en el espejo de mi habitación y estoy feliz con lo que veo, con mi cabello marrón cortado a la altura de mis hombros y completamente liso. Me maquillé solo un poco para el primer día de escuela y tengo puesto un modesto vestido tipo jumper con una playera blanca debajo y unas botas tipo militar.

Llegamos anoche a nuestra casa después de unas vacaciones en Perú que se alargaron un poco por lo bien que lo pasamos allí. Conocí a muchos familiares y amigos de mis padres que jamás había visto en la vida, ni siquiera por videollamada. Viajamos a distintos lugares, paseamos y conocimos.

Cuando Addie y yo vimos la sonrisa de nuestros padres supimos que jamás habían sido tan felices como en ese viaje.

Pero ya estamos de vuelta. Mis padres me dieron permiso para faltar hoy a clases considerando que llegamos tarde anoche y no he podido dormir tanto, pero les dije que no iba a faltar a mi último primer día de escuela. Menos ahora que comparto clases con Campbell.

A pesar de haberlo pasado tan bien en las vacaciones, eché mucho de menos de Cam. Hablamos todos los días, pero no es lo mismo. Me hubiera encantado conocer todos esos lugares como Machu Pichu o Saqsaywaman con él.

Cuando bajo al primer piso, me doy cuenta de que soy la única que está despierta. Trato de hacer el menor ruido posible cuando me acerco a la cocina y saco un poco de fruta para el camino a la escuela a modo de desayuno.

Cruzo la calle y toco la puerta de la casa de Cam. Luego de unos segundos, su adorable abuela me abre la puerta con una sonrisa.

- ¡Campbell, ya llegó Hailey! – grita ella hacia el interior – Por dios, Hailey, estás hermosa. Creciste mucho este verano.

- ¿Usted cree? – pregunto, sonrojándome.

- ¡Pero claro! Debiste haber dejado enamorados a todos los chicos en Perú.

Río un poco ante la incomodidad de su comentario. Sé que no lo hace de mala manera, pero no estoy acostumbrada a recibir elogios de ese estilo. Addie siempre ha sido la chica linda a la que todos admiran y, a su lado, soy solo su hermana menor.

La abuela de Cam va a decir algo más cuando veo que mi mejor amigo sale de la casa sorteando a su abuela en el camino. Me detengo un momento para observarlo bien y me doy cuenta de que él hace lo mismo conmigo.

Sabía que Cam se había cortado el cabello, pero no sabía que le había quedado tan bien. Tiene rapado a los lados quedando la parte superior de su cabeza con más cabello que el resto. Se peinó hacia el lado y no sé por qué este detalle hace que se vea más guapo. Está vestido con una playera negra con blanco que jamás le había visto, unos jeans oscuros algo holgados y unas zapatillas vans negras. También me doy cuenta de que su cuerpo está más tonificado. No recuerdo que sus brazos hayan sido tan gruesos antes.

- ¡Cam! – exclamo cuando termino mi inspección, que solo debió durar un par de segundos.

Me abalanzo a mi mejor amigo y lo abrazo como si mi vida dependiera de eso. Cam me recibe en sus brazos como siempre lo ha hecho, con ternura y delicadeza. Un olor a perfume llega a mi nariz y no puedo evitar que los vellos de mi brazo se ericen ante este pequeño detalle.

¿Desde cuándo mi cuerpo reacciona de esta manera ante Cam?

Nos separamos al tiempo que nos despedimos de la abuela de Campbell. Ella le hace prometer a su nieto que será un nuevo año, con nuevas oportunidades que él no va a desaprovechar y yo le prometo que no dejaré que vuelva a suceder lo que pasó el año anterior.

En silencio, nos acercamos al auto de Cam, un Subaru impresa del año 2006 que le regaló su abuela cuando cumplió dieciséis años. Yo me siento en el lado del copiloto y Cam se sienta frente al manubrio, pero no enciende el motor del auto. Lo único que hace es mirarme con una sonrisa en la cara.

La estrella que guía mi caminoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora