En el instante en el que el coreógrafo puso sus manos en mí, supe que no tenía ningún tipo de oportunidad en quedarme con el papel que ofrecían.
Miles de profesores y profesoras me han corregido poniendo sus manos en mi cuerpo para obtener la posición correcta de éste. No es como si fuera la primera vez. He sido bailarina durante toda mi jodida vida y, aún así, no pude evitar congelarme cuando comenzó a corregirme.
También supe que la culpa de todo eso la tenía el jodido Lawson.
De lo único que me alegro en esta situación es que logré mantener la calma y no salir corriendo, aunque ganas no me faltaron.
Me sentí más incómoda que nunca en ese momento. ¿Acaso ya nadie podrá tocarme jamás sin que la imagen de Lawson acosándome aparezca en mi mente y la congele como sucedió ahora? Bueno, excepto Cam, por supuesto. Él es el único que mi cuerpo y mente acepta contacto físico. Nadie más. Mucho menos un desconocido como este coreógrafo.
Continúo en la selección de bailarinas para el papel del musical, pero no doy todo de mí. Mi mente sigue en las manos del coreógrafo corrigiendo mi postura y aunque racionalmente sé que no fue nada, no puedo dejar de sentirme incómoda por eso.
Hago los pasos de baile igual de bien que siempre, de forma correcta, con la mejor de mi técnica, pero mi mente no está en la pista de baile ahora mismo. Está en ese callejón con Lawson y me siento decepcionada de mí misma.
Cada día me siento mejor. Tengo menos pesadillas, pienso menos en lo que sucedió... pero de pronto la cosa más mínima hace que me lo recuerde y entro como en estado de shock.
Apenas me doy cuenta cuando la audición termina. Nos dicen que nos llamarán cuando hayan tomado una decisión y que agradecen habernos tenido aquí. Creo que dicen otras cosas más, pero no escucho.
Busco con la mirada a Cam y lo encuentro con los demás espectadores. Me da una sonrisa que intenta ser sincera, pero me doy cuenta de que es forzada. Él vio cuánto me afectó la situación con el coreógrafo y sé que debió notar lo desconectada que estuve después, sin dar todo de mí.
Campbell Grant me conoce demasiado bien como para que se le haya pasado.
Tomo mis cosas y no me preocupo ni siquiera de ir a cambiarme ropa. Lo que menos me importa en estos momentos es verme ridícula en la calle, aunque tampoco es que esté vestida tan mal, pero es Nueva York y la gente no va vestida con ropa de deporte por la calle.
Cuando salgo del edificio, siento que Cam viene detrás de mí y se detiene sin querer darme la cara.
Dios, debe estar tan decepcionado... al menos sé que yo lo estoy.
- Por favor, no digas nada- le digo sin mirarlo, sabiendo que está detrás de mí- Solo vamos al hotel.
Sin esperar una respuesta por su parte, sujeto mi bolso de deporte con una mano y comienzo a caminar en dirección al hotel, según lo que recuerdo luego de haber llegado hasta aquí caminando.
En todo el trayecto, Cam no dice nada. Tampoco camina a mi lado. Me está dando mi espacio, pero siempre cuidándome. Se queda a mi espalda y no me pierde la vista, lo sé porque la siento en mi nuca.
En unos pocos minutos llegamos al hotel en el que nos estamos quedando hasta mañana en la mañana. Luego de eso, nos devolveremos a casa.
Todo este viaje fue un desperdicio, Me esforcé tanto para arruinarlo en algo tan estúpido... y todo por culpa de Lawson y lo que me hizo. Juro que no sé como voy a volver a ver su cara en el instituto después de esto sin golpearlo hasta que me pida perdón de rodillas en el suelo por esto.
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La estrella que guía mi camino
Genç KurguHailey y Campbell han compartido una amistad inquebrantable desde su primer encuentro en una fiesta, donde sus almas se conectaron al hablar sobre el vasto universo y la soledad que lo acompaña. Mientras Campbell navega por un oscuro camino de autod...