EL SIRVIENTE DEL COCODRILO

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Los dos hombres se estremecían por cada segundo que pasaba en su beso salvaje. Sus lenguas se entrelazaban y se separaban, solo para volver a enredarse salvajemente. Su beso era desesperado, parecía que estaban muy hambrientos del uno del otro. Por culpa de falta de aire, tuvieron que separarse para recuperar el aliento. Las miradas de Taekjoo y zhenya se encontraron, ninguno de los dos apartó la mirada. El trasero de Taekjoo que se encontraba quieto, se movió hacia atrás, provocando que sus mejillas de su trasero  chocará con la pelvis del ruso.

-Date prisa, bastardo... mételo de una vez

-Eres tan desesperado, zainka.

zhenya, tomo su erección, acercó su erección hacia la entrada del moreno, para luego hacer presión con su parte superior de su pene contra el agujero arrugado del moreno. Inmediatamente, el agujero de Taekjoo empezó abrirse lentamente, para darle paso a la gran erección que antes se encontraba haciendo presión. Taekjoo, cerró sus manos en un puño para aguantar la sensación de ser perforado por el culo.

-Ahh.. joder... ah..

-agh...

Cómo formar de tranquilarlo, zhenya, empezó a darle besos cariñosos a su nuca, mientras seguía introduciéndose a dentro de él. Cada beso que caía en la nuca de Taekjoo, provocaba una gran electricidad por toda la columna de este. Zhenya arrugó su ceño, hizo un movimiento brusco para estar por completamente adentro. La sensación del agujero apretó de Taekjoo al rededor de su pene era tan satisfactoria, había extrañado esta sensación.

-ahh, Te extrañé tanto.

-uugh... No digas cursilerías... ughhh...

Zhenya soltó una pequeña carcajada, por el momento, este empezó a mover sus caderas con suavidad para no lastimar a taekjoo. Suaves gemidos salieron de los labios de Taekjoo al sentir los movimientos suave, estaba sorprendido por la consideración de este de ir con suavidad. Por alguna razón, no le satisfacía en nada, solo podría sentirse raro en su interior.

-Agh... n-no hagas eso, es extraño

-¿Entonces que hago?

-Tu ya sabes que hacer.

-No, yo no lo sé. Será mejor que me digas.

-Bastardo...

Zhenya no evitaba mostrar una sonrisa burlona, sabía lo que quería, pero necesitaba ver cómo se lo pedía. Sus movimientos de caderas se suavizaban cada vez más. Taekjoo empezó a frutarse, necesitaba sentir mas a Zhenya adentro suyo.

-Folla mi culo como cuando estábamos en esa estúpida isla, bastardo.

Zhenya inhaló hondo, hinchado su pecho musculoso. No tardó en hacer el pedido de Taekjoo. La erección que antes se encontraba adentro, salió por completo del agujero del coreano, para luego adentrarse con fuerza. Los ojos de Taekjoo se agrandaron al instante, al sentir el pene de Zhenya adentrarse con fuerza. Zhenya tomó la cintura de Takejoo para retenerlo en esa posición. La erección de Zhenya se clavaba con fuerza en el interior de Taekjoo. Sus caderas chocaban sin piedad con el trasero de Taekjoo, provocando que se empezaran a escuchar sus cuerpos chocar.