En el reinado de Maegor I.
Amara había advertido al rey sobre su futuro, le había aconsejado o hasta ordenado qué hacer para que su hijo sobreviva: dejar huir a su esposa con su hijo en vientre. Ella sabía que en el futuro la mujer no querría ver a su niño, pero que no sería capaz de matarlo, Amara estaría ahí para decirle que se lo llevaría lejos. Lo prepararía para el siguiente paso.
La bruja estaba a punto de abrir la puerta cuando la voz de Maegor la detuvo:
—¿Es posible traer a alguien de la muerte? Tu profecía habla de Balerion como si moriría y volvería a nacer.
—Es posible, pero no de la manera en la que crees —aclaró antes de darse vuelta—. No podrías traer a tu difunta reina a la vida en el cuerpo que tuvo, necesita uno nuevo, desde cero. Se necesita mucha magia, más de la que dispongo yo. Se necesita tiempo, más del que tú tendrás.
—Pero es posible —repitió lo que la bruja había dicho—. Ella podría volver, yo podría hacerlo, podría estar con ella.
Al parecer Maegor tenía un corazón a pesar de todo.
—Ah, ustedes los Targaryen cuando aman lo hacen de una manera realmente intensa —mencionó riendo—. Asegúrate de decirle a Balerion lo que quieres, yo se lo diré a tu hijo cuando sea el momento y cuando sea el momento oportuno ocurrirá.
En el presente.
Daemon estaba furioso, desde que habían vuelto, Viserys le ordenó a Ali dormir todos los días en sus aposentos. Se arrepentía de haber deseado que viviera. Sus hijos ya no podían llamarlo padre estando ahí y lo único que tenía de su amada eran migajas de su tiempo.
La noche estaba tormentosa, apenas escuchó el golpe a su puerta. Se acercó y abrió, Visenya estaba ahí abrazando su dragón de tela.
—Tuve una pesadilla —musitó.
Él la levantó del suelo, aparte de que tenía fuerza, la niña era más pequeña y liviana que sus hermanos. Nya se aferró como Koala a su padre mientras éste cerraba la puerta.
—¿Qué es lo que soñaste, dulzura? —preguntó llevándola al sofá frente la chimenea.
Visenya se sentó y miró al fuego, se quedó un rato en silencio antes de volver la vista a su padre.
—Era un gran banquete aquí, en la fortaleza, uno realmente grande —aclaró mientras hacía énfasis con sus brazos—, había realmente de todo lo que uno pudiera imaginarse —hizo una pausa y se estremeció—. Luego todo era sangre, todos los invitados estaban muertos.
—Tu hermano debe haberte contado demasiado sobre Maegor y has soñado con eso —respondió acariciando su cabello—. Pero son sólo historias del pasado.
—A Aemond le gustan mucho las historias de Maegor y a mamá le encanta contarlas —reconoció y se acurrucó contra Daemon—. Casi que podía escuchar sus gritos —insistió cerrando los ojos—, parecía demasiado real.
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PROFECÍA DE SANGRE Y FUEGO
Fanfiction[Primera Parte | en proceso] Daenys estuvo dispuesta a perder su propia identidad por un bien mayor: que la profecía que una bruja le relató en su tiempo a Maegor se cumpliera. Tomó el lugar de Alicent y pasó desapercibida hasta que Daemon llegó a...