VEINTE AÑOS DESPUÉS

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24 de julio de 2023

Colomba y Gastón vivían en Santiago centro, en una casa sencilla, pero hermosa. Tenían una hija de siete años a la que habían llamado Vania, en honor a la amiga que nunca habían podido olvidar. Colomba era doctora y además una famosa activista medio ambiental, Gastón, su esposo, se había convertido en uno de los dibujantes más exitosos de latino américa. Su trabajo más aclamado a nivel mundial era el cómic titulado "El Héroe" donde su protagonista, Waldo, un hombre de tercera edad, vestido con boina y camisa cuadrillé, poseía poderes asombrosos. Ayudaba a niños, a los más necesitados y enfrentaba a ladrones muy peligrosos con la ayuda de su mejor amigo, Brack, una criatura con forma de escoba que era capaz de volar y transportar al detective por diferentes lugares del mundo.

—Es un reconocimiento al verdadero Detective Williams —le había dicho a Colomba—. Espero que Waldo pueda entrar al mundo de las caricaturas y ser un buen amigo para el verdadero detective y para Brack, al menos pensé en ello mientras los creaba.

Vania les pedía todas las noches a sus padres que le contaran un cuento antes de dormir.

—¡Mami, relátame una de tus aventuras por favor!

Su madre rio con ternura y acarició su suave cabello pelirrojo que había heredado de Gastón.

—Hoy le toca a papá —replicó Colomba con una enorme sonrisa—. Ya sabemos que a él se le da mucho mejor lo de contar historias.

—¡Está bien, mi pequeña princesa! ¡Hoy te contaré la historia del centauro y el dragón!

La pequeña golpeó sus manitas la una con la otra, emocionada.

—¿De verdad, papi? ¡Suena Genial!

Gastón le relató la historia de la princesa búho, que había perdido su collar de lágrimas de sirena, robado por un malvado dragón llamado Dursé. Sin embargo, su amado centauro y un grupo de valientes humanos la habían ayudado a recupéralo.

Cuando terminó la historia, Vania se había quedado profundamente dormida. Sus padres le besaron la frente con suavidad y salieron de la habitación, cuidadosos de no despertarla.

—Soy el hombre más feliz del mundo —dijo Gastón, acariciando la mano de Colomba.

— ¿Sí? —preguntó ella sonriéndole con ternura—. Más bien, yo diría que eres el hombre más feliz de todas las dimensiones.

Ambos rieron con alegría y se fundieron en un dulce abrazo.  

VIAJE AL PLANETA DIMENSISWhere stories live. Discover now