Capítulo 31: Marea en Calma.

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Mamacocha sostuvo las manos de Viracocha quién le miró fijamente, ella le miró con determinación.- No dejaré que nada malo te llegue a ocurrir jamás, siempre estaré contigo y te cuidare.

- Oh... Eso es muy bueno de tu parte, pero soy más fuerte de lo que crees.- Respondió él, con su hermosa sonrisa amplia.

Ella se sonrojó y su corazón latió con tanta fuerza que sintió que se le iba a salir del pecho. Se acercó más a él y puso ambas manos sobre sus mejillas, esto también hizo sonrojar a Viracocha.

- Te estoy diciendo que quiero cuidarte, no deberías rechazar mi ayuda; yo también soy muy poderosa, tanto como tú.- Exclamó, viéndola fijamente.- No dejaré que nadie te haga daño.

- Te creo y estoy muy agradecido de estar a tu cuidado; si seguimos trabajando como vamos, no tendríamos porque tener que enfrentarnos a nadie ni pelear contra nadie; ambos estaremos seguros.- Y dicho esto, se puso de pie y caminó hasta el balcón de su habitación.- Después de todo, la seguridad de mi reino es lo mas importante; seguir trabajando por la paz y la libertad de las naciones del universo son mi más grande prioridad... También la tuya, cariño.

Mamacocha también se puso de pie y caminó hasta el balcón con él, abrió sus brazos y lo apretó fuertemente contra su cuerpo cubierto por sus vestidos ceremoniales. Su primera acción fué abrazarlo, lo único que pasaba por su mente era el querer estar junto a él.

- Te protegeré, sin importar mi propia seguridad; te protegeré y destruiré a quién se atreva a dañarte...- Exclamó ella con convicción.

- No, cariño...

- ¿Eh? -

Viracocha se soltó del abrazo y apretó las manos de su amada mientras la miraba fijamente a los ojos. Su expresión de tristeza y angustia dejaron sin aliento a Mamacocha. Él suspiró y con la voz baja le habló.

- Jamás podría aceptar que ensuciaras tus hermosas manos con sangre, naciste para darle vida al universo. Tus manos no fueron hechas para matar.-

- Viracocha.

- Prométeme que sin importar lo que sea que me suceda, promete que nunca matarás a nadie, incluso si esa persona o criatura me hiciere daño o me matase.-

Mamacocha abrió sus ojos como platos, no podía creer que Viracocha le estuviera diciendo estás palabras. Pese a conocerlo perfectamente, sabía que sus palabras eran tan puras y sinceras como él mismo. Prometerles jamás matar a nadie, incluso aunque fuese alguien que lo dañara a él.

¿Cómo podría hacerlo? ¿Cómo podría perdonar la vida de alguien que le hiciera daño?

No podía, ella era incapaz, pero... Él se lo estaba pidiendo, él le estaba pidiendo que no le hiciera tan daño a nadie nunca.

- Lo prometo...

[...]

El silencio se disipó. La lluvia había regresado, el cielo había vuelto a la normalidad y el agua de los mares había vuelto a su sitio.
Los presentes abrieron los ojos y vieron con asombro e incredulidad lo que tenía ante ellos.

- ¿Q-Que sucedió...? ¿Estamos vivos? - Pregunto Artemisa con una cara de notable miedo. Nuevamente su cuerpo había sido atrapado por el de Ares, quien la protegió de la explosión y los escombros.

Hermes recuperó la compostura, se sujetó la cabeza y con su mano libre sacó un pañuelo de su pantalón para limpiarse la sangre de la nariz antes de que está ensuciara su ropa.
Dionisio estaba roncando tirado en el suelo, se había dormido por la borrachera.

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⏰ Última actualización: 6 days ago ⏰

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𝙎𝙝𝙪𝙪𝙢𝙖𝙩𝙨𝙪 𝙉𝙤 𝙑𝙖𝙡𝙠𝙮𝙧𝙞𝙚: 𝙇𝙚𝙜𝙚𝙣𝙙𝙨 𝙤𝙛 𝙍𝙖𝙜𝙣𝙖𝙧𝙤𝙠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora