[Delos — Sección de la humanidad, cuarto de entrenamientos de la humanidad — Treinta minutos antes el comienzo del primer combate ]
— ¡HYAAAT! ¡AHHHH! — Los poderosos y estridentes gritos de aquel hombre resonaron por toda la habitación, había cierto eco a pesar de ser un lugar ligeramente abierto.
En el centro de la habitación, un hombre alto y musculoso, con una ancha y poderosa espalda, de piel morena y un largo cabello rizado se encontraba sosteniendo una espada con todas sus fuerzas, mientras la blandia y atacaba sin piedad al enorme muñeco de madera que tenía enfrente.
Lo más resaltante, es que él carecía de su brazo derecho.— Es fuerte.— Exclamó Hlökk desde su lugar, estaba sentada en el suelo, sobre un cojín grande afelpado, sostenía una taza de té en su mano izquierda mientras con la otra sostenía la propia taza.
— Carece de fluidez, por más que conoce y ataca dónde debe y cuando debe, su cuerpo es rígido como una piedra. Sin duda alguna su entrenamiento ha sido duro y estricto.—
Era de piel intensamente blanca como la nieve, con un largo y sedoso cabello, el cuál era rosado y blanquecino al mismo tiempo, cayendo sobre su espalda y hombros en cascada, cubriendo su delicado kimono japonés de color celeste. Sus labios carnosos estaban teñidos de rojo al igual que sus mejillas, las cuales no perdían ese tono natural muy delicado.
Era simplemente una dama bellísima.Ella era una de las representantes de la humanidad en este segundo Ragnarök, la samurai y guerrera Tomoe Gozen.
Usualmente ella no permitía a los hombres ingresar en su habitación de entrenamientos, pero este sujeto había acudido a ella con genuinas intenciones de entrenar, por lo cuál ella no se negó.
Con un movimiento en línea recta, cortó uno de los brazos del muñeco de un tajo y luego lanzó un movimiento en diagonal que cortó al muñeco a la mitad. Esto puso final al entrenamiento de aquel hombre.
Sudoroso, guardó su espada en su cinto y caminó lentamente hacía las señoritas sentadas a un par de metros de él y con una profunda reverencia, exclamó.
— Dígame, gran maestra ¿Que tal le ha parecido mi entrenamiento? — Y había cierta mofa en su voz, como si esas palabras le resultaran cómicas.
Tomoe cruzó sus brazos y miró al muñeco de madera tirado en el suelo completamente destruído.— Eres tan pesado como un león o un tigre, y tú poder de ataque es equivalente, algo digno de admiración... sin embargo tienes un gran defecto.—
— ¿Enserio, y cuál podría ser ese defecto? — Inquirió el sujeto.
— No estás presente en el combate.— Y ante sus palabras, tanto Hlökk como el hombre estaban realmente confundidos.— Piensas mucho en tus siguientes movimientos, piensas en que hará el muñeco, piensas en que va a pasar y es eso lo que te distrae de la realidad, pierdes de vista el presente.
» Mientras sigas pensando y pensando, tu cuerpo no se moverá ni reaccionará con la fluidez con la que debería. El combate real es impredecible, está vivo, no es sistemático y el oponente no se moverá como quieres o deseas.
El el sujeto solamente pudo soltar una débil risa que hizo enfurecer a Hlökk. Pues daba a entender que él se estaba burlando de Tomoe y su punto de vista.
— Maravilloso, no podría esperar menos de usted, gran maestra...— Fue todo lo que dijo para luego darse la vuelta y alejarse de ambas señoritas — Si me disculpan, mi entrenamiento ha concluido por hoy, iré a darme una ducha.
Hlökk no lo detuvo, sabía bien que él había sido de los Einhenjers más dedicados y uno de los que más empeño le había puesto al entrenamiento que estaban recibiendo por parte de los demás campeones. Una ducha y tiempo se libertad era lo menos que podía recibir.
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𝙎𝙝𝙪𝙪𝙢𝙖𝙩𝙨𝙪 𝙉𝙤 𝙑𝙖𝙡𝙠𝙮𝙧𝙞𝙚: 𝙇𝙚𝙜𝙚𝙣𝙙𝙨 𝙤𝙛 𝙍𝙖𝙜𝙣𝙖𝙧𝙤𝙠
RastgeleMil años han transcurrido desde aquel colosal evento que marcaría un antes y un después en la historia del universo. Trece humanos y Dioses se batieron en duelo por la supervivencia en una serie de combates sangrientos que acabaron con la victoria d...