Capítulo 35: Saorsa

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၊၊||||||| |• War of Hearts - Ruelle

Taehyung estaba acostado en la cama, el cuerpo hundido entre sábanas arrugadas y el aire cargado de pensamientos que no lograba ordenar. Las palabras de Jungkook aún resonaban en su mente, flotando entre lo cercano y lo inalcanzable, como un eco que se negaba a desaparecer. Se repetían con esa calidez inquietante, casi como si aún pudiera escuchar su voz, sincera y llena de un cariño que él no entendía, ni creía merecer. Una parte de él quería salir corriendo, desaparecer antes de que Kook volviera, huir de esa posibilidad de afecto que tanto anhelaba y, al mismo tiempo, tanto temía.

Sin embargo, mientras permanecía ahí, inmóvil sobre el colchón, sentía una fuerza que le impedía moverse, una resistencia a alejarse de ese calor que había encontrado cuando el chico lo abrazó. Había algo reconfortante en esa cercanía, en la manera en que Jungkook le había hablado, como si cada palabra intentara enmendar las heridas que él mismo llevaba años ignorando.

La seguridad de ese contacto le revelaba lo mucho que había echado de menos la conexión, la paz de saber que alguien, en su silencio y ternura, estaba dispuesto a quedarse. Extrañaba a Jeon, más de lo que estaba dispuesto a admitir, extrañaba esa voz que antes había sido su refugio en los días más oscuros. Extrañaba la sensación de tener a alguien que no le exigía ser fuerte todo el tiempo.

Cerró los ojos, sintiendo una presión en el pecho que lo obligaba a tomar conciencia de su situación. Cada segundo en esa cama era un segundo más en el que se acercaba a una decisión que lo asustaba. ¿Qué era mejor? ¿Enfrentar el caos que podría surgir si se quedaba junto a Jungkook, arriesgarse a un nuevo dolor que temía no poder soportar? O, tal vez, ¿huir una vez más y evitar el riesgo de sentir demasiado? Sabía que, si no se alejaba ahora, todo lo que había tratado de dejar atrás, todas las emociones y recuerdos que había escondido cuidadosamente podrían resurgir, haciéndolo vulnerable de una manera que no estaba seguro de poder manejar.

¿Podría permitir que el amor fuera una opción? Sabía que Jungkook le ofrecía algo más grande, algo que iba más allá de lo que él creía merecer, pero se preguntaba si ese amor sería suficiente para sostenerlo a él y todas sus grietas. ¿Sería realmente capaz de corresponder a Jungkook sin arrastrarlo a su propio sufrimiento?

Cada pensamiento lo hundía más en la indecisión, como si su mente fuera una tormenta que lo arrastraba hacia un lugar del que no podía escapar. ¿Quedarse y enfrentar lo desconocido, lo difícil, lo doloroso? ¿O irse y mantener ese muro protector que había construido?

De repente, unos golpes suaves en la puerta lo sacaron de sus pensamientos, interrumpiendo la tormenta que pasaba en su cabeza.

—Tae, ¿puedo entrar? —la voz de Jungkook lo alcanzó.

El chico, sin saber si debía seguir callado o dejarlo entrar, suspiró profundamente antes de responder.

—Sí... —dijo, casi en un susurro, sintiendo una mezcla de alivio y ansiedad al mismo tiempo.

La puerta se abrió con suavidad, y Jeon entró, su sonrisa luminosa como siempre, pero esta vez con una alegría aún más evidente.

—¡Mira lo que te traje! —exclamó, mostrándole varias bolsas con diferentes productos, con la energía de un niño emocionado por un regalo—. Compré muchas cosas para que te suba el ánimo, traje helado, chocolate... y, claro, el agua. Quería comprar pizza, pero aquí no llegan los repartidores.

El menor lo observó, un poco sorprendido por su entusiasmo. A pesar de todo lo que había pasado, Kook parecía tan genuinamente preocupado, tan dispuesto a hacerle sentir mejor. Esa visión lo hizo sentirse aún más enredado en sus emociones.

Panacea | KookV/KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora