Capítulo 7: Desasosiego

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A pesar de las apariencias, de las peleas y desacuerdos constantes, Jimin y Yoongi compartían un lazo especial desde algún punto en su infancia. Cuando eran niños, habían sido vecinos y amigos de travesuras. Casi siempre, se los veía discutiendo en toda parte o molestándose el uno a otro, pero detrás de esas aparentes tensiones, existía un profundo afecto mutuo, solo que ahora que son grandes era como una costumbre molestarse.

Sus personalidades de pequeños eran completamente opuestas: Park, extrovertido, enérgico y travieso, siempre buscaba aventuras y nuevas experiencias, mientras que Min, más callado, tranquilo y tímido, prefería pasar tiempo en su propia compañía, sumergido en su mundo de música y creatividad. A pesar de estas diferencias, encontraban una especie de equilibrio en su amistad, complementándose el uno al otro de maneras que solo ellos comprendían.

Gracias a que los niños se volvieron amigos en muy poco tiempo, sus familias se conocieron y por las tardes sus madres se reunían en la casa de alguno de los dos para pasar la tarde, y con eso los niños pasaban más tiempo juntos.

Sus travesuras también solían meterlos en problemas, casi siempre Park ideaba algún plan Imprudente en el que Yoongi terminaba siendo cómplice involuntario. Era como si el rubio tuviera una habilidad o un super poder para meterse en líos y arrastrar al mayor de los dos con él.

Como aquella tarde soleada de verano, donde Jimin estaba muy inquieto. Había estado pensando una travesura desde que se levantó por mañana, y necesitaba a su cómplice de confianza para llevarla a cabo. Verdaderamente pensaba que sería gracioso llenar la entrada del vecino con crayones y pintar un par de cosas, algo inofensivo.

—¡Hyung, ven conmigo! — exclamó el rubio, entrando corriendo en la habitación de Yoongi. —¡Tengo el plan perfecto para hoy!

Él estaba tranquilo escuchando música en su habitación, levantó la mirada de su teléfono con una ceja levantada. —¿Otra de tus locuras, Jimin?

—¡Claro que sí! ¡Será divertido, lo prometo! — respondió el menor, con una sonrisa traviesa.

De mala gana, Min se puso de pie y siguió al rubio fuera de la casa. La tarde transcurrió entre risas y juegos, pero las cosas tomaron un giro inesperado cuando Jimin sugirió la broma al vecino.

—No sé... eso suena muy ilegal— dijo Yoongi, preocupado.

—Pero seremos rápidos, nadie se dará cuenta—, insistió el niño Park, con los ojos brillando de emoción.

Después de un poco de persuasión por parte de Jimin, Yoongi finalmente accedió a acompañarlo. Juntos, se deslizaron sigilosamente por el patio delantero del vecino hasta llegar al porche, donde el gato dormía plácidamente.

Con cuidado, el rubio y el pelinegro sacaron los crayones de colores que habían traído y comenzaron a dibujar divertidos diseños en la casa del gato. Rápidamente, el gato se despertó sobresaltado y empezó a maullar, asustado por lo que estaba sucediendo.

Por mala suerte de los niños la puerta se abrió repentinamente y el dueño de la casa apareció, sorprendido por lo que veía. Resulta que el vecino estaba teniendo una fiesta en su patio trasero y no apreció que los dos jóvenes estuvieran irrumpiendo en su propiedad.

—¡Jimin, esto es una locura! ¡Deberíamos irnos antes de que nos atrapen! —exclamó el mayor, sintiendo la desesperación crecer en su interior mientras observaba la situación complicarse.

Pero era demasiado tarde. Pronto se encontraron frente al vecino enojado, quien los reprendió por su intrusión. Jimin y Yoongi intentaron explicar que solo estaban jugando una broma inocente, pero el vecino no estaba de humor para bromas.

Panacea | KookV/KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora