Capítulo 27: Lure

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Siempre nos han dicho que en la vida pasa por algo, que las heridas nos enseñan lecciones y que el tiempo sana. Sin embargo, en el fondo del corazón, ¿quién puede realmente aceptar esa verdad cuando el dolor nunca se ha ido? Uno se pregunta, en la soledad de las noches interminables, cómo hubieran sido las cosas si todo hubiera sido diferente.

Si tan solo hubiera habido una palabra de consuelo, una mano extendida en lugar de una mirada de desaprobación. Tal vez entonces no habría caído en aquel abismo de tristeza que lo devoró; tal vez no hubiera perdido a esa persona que tanto amaba por su culpa... tal vez no se habría perdido a sí mismo desde que era un niño.

A veces, Dios es cruel. Te pone frente a situaciones que desafían tu entendimiento, y en esos momentos de soledad, nos preguntamos por qué el sufrimiento es una parte tan intrínseca de nuestra existencia. Ver a otros chicos sonreír junto a sus padres, recibir palabras de aliento o incluso algo tan simple como un abrazo, siempre había dejado una huella en él.

Esta vez, Taehyung no podía evitar sentir una pequeña chispa de esperanza. Quizá, después de tantos años, su padre realmente quisiera mejorar las cosas, empezar a ser un padre para él. Por más que intentara ignorarlo, esa sensación de anhelo seguía presente. Tal vez su padre finalmente había reflexionado, tal vez las cosas podían ser diferentes.

Pero a medida que esa esperanza florecía, también lo hacía el miedo a que, una vez más, la decepción fuera la única respuesta. ¿Qué pasaría si la cruel realidad le mostrara que, al final, el tiempo no cura todas las heridas y que el sufrimiento, en su forma más pura, es lo que realmente define su historia?

—¿Te está gustando la comida? —preguntó su padre, rompiendo nuevamente el silencio que se había instalado entre ellos.

—Sí, está deliciosa —respondió el chico, sonriendo levemente, se sentía un poco incómodo. Sin embargo, la mirada de su padre le hizo cuestionar algo más.

—Pero, casi no has probado nada del plato —dijo el hombre, con un tono que mezclaba curiosidad y un atisbo de preocupación.

Taehyung miró su plato, notando casi no había comido nada de su comida. La verdad era que la ansiedad y la tensión del momento habían mermado su apetito.

—Lo siento... no tengo mucha hambre —murmuró, evitando la mirada de su padre mientras jugueteaba con la comida en su plato.

—A veces es normal no tener apetito—dijo Jae-Hwa con un tono que intentaba ser comprensivo—. Pero he hecho que prepararan tus platos favoritos, así que deberías aprovecharlo.

—Gracias, papá —respondió, permitiendo que una pequeña sonrisa asomara en su rostro—. Realmente aprecio todo esto.

—Me alegra que te guste —el señor Kim se inclinó un poco hacia adelante, como si realmente estuviera interesado—. Cuéntame, ¿has estado haciendo algo interesante últimamente?

—Eh... he estado haciendo algunas fotos en el parque —se sentía un poco más relajado a medida que compartía su entusiasmo—. He encontrado algunos lugares que me han inspirado mucho.

—Qué bien... —susurró su padre entre dientes, asintiendo con la cabeza. Sin embargo, de repente cambió de tema—. Hablando de inspiración, ¿has visto el nuevo proyecto de la empresa? Estoy seguro de que podrías aprender mucho si te involucras.

Taehyung sintió que el cambio de tema era abrupto, pero se esforzó por mantener la conversación.

—No, no he oído nada al respecto. ¿De qué se trata? —preguntó, intentando ser cortés.

—Estamos considerando una expansión en el extranjero —dijo el mayor con entusiasmo—. Podría ser una gran oportunidad para ti, para conocer el negocio de cerca.

Panacea | KookV/KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora