Panacea | KookV/KookTae

Capítulo 30: Catalizador

2/4

2006

Era un día común en el cálido verano. El sol ya había comenzado a asomar entre las nubes. El pequeño estaba durmiendo plácidamente en su habitación cuando un ruido inesperado lo despertó. Un estruendoso sonido de camiones y voces se filtró por la ventana, sacudiendo el silencio de la mansión.

Intrigado y con los ojos entrecerrados, el niño se acercó a la ventana y vio que en la casa vecina se estaba llevando a cabo una mudanza. Los camiones estaban estacionados en la entrada, y un flujo constante de personas cargadas con muebles y cajas entraba y salía de la casa. El bullicio de la mudanza capturó por completo su atención.

Con un sentimiento de curiosidad que no pudo reprimir, Taehyung decidió bajar y salir de la mansión para observar de cerca. Caminó lentamente hacia la casa vecina, manteniéndose a una distancia prudente, y se quedó de pie al borde de la acera, observando cómo los trabajadores se movían de un lado a otro.

De repente, un niño apareció de la nada y se acercó al castaño por detrás.

—¡Hola! Nos estamos mudando aquí. ¿Eres el hijo de los dueños de esa mansión?

Kim se sorprendió al escuchar al niño hablarle amablemente. No estaba acostumbrado a este tipo de interacción, especialmente de alguien de su edad. El tono amistoso y la actitud abierta del niño lo tomaron completamente desprevenido.

Sin embargo, el miedo y la timidez se apoderaron de él de inmediato. No pudo encontrar las palabras para responder, y su corazón comenzó a latir con fuerza. Sin pensarlo dos veces, dio un paso atrás y, con una mezcla de pánico y sorpresa, salió corriendo sin decir nada. Su rostro se puso rojo mientras se alejaba rápidamente, con el sonido de sus pasos resonando en la tranquila calle.

El pequeño llegó a la entrada de la mansión, su corazón aun palpitando con la agitación de su encuentro. Se dirigió rápidamente a la puerta principal y, al abrirla, fue recibido por la cálida presencia de su nana, que estaba en la cocina, preparándose para el desayuno.

—¿Taehyungie? ¿Qué haces fuera tan temprano? —preguntó la mujer con una sonrisa amable, al notar la expresión preocupada en el rostro del niño.

—Estaba viendo a los nuevos vecinos... —murmuró, sintiendo una mezcla de timidez y preocupación.

La nana levantó una ceja, claramente interesada. —Ah, ¿los nuevos vecinos? ¿Ya conociste a su hijo?

Taehyung sacudió la cabeza, avergonzado.

—Bueno, tus padres y los Kang son muy buenos amigos. Se conocieron hace mucho tiempo, y estoy segura de que estarás muy contento con ellos. Tal vez puedas hacerte amigo de su hijo. Sería genial para ti tener un amigo con quien jugar.

El niño frunció el ceño al escuchar las palabras de su nana. Negó rápidamente con la cabeza, como si la idea de acercarse al niño fuera imposible.

—No quiero... —murmuró, bajando la mirada hacia el suelo, mientras sus pequeños dedos jugueteaban nerviosamente con el borde de su camisa.

—¿Por qué no? —la nana lo observó con una mezcla de sorpresa y ternura— A veces, conocer a alguien nuevo puede ser una buena oportunidad. Pero no te preocupes, no tienes que hacer nada que no quieras.

Taehyung apretó los labios, sintiendo un extraño nudo en la garganta. No podía explicar lo que sentía. No sabía cómo decirle que, cada vez que se acercaba a otros niños, algo siempre salía mal.

—No quiero... —repitió con voz más baja, casi como si no quisiera que Hae Joon insistiera más en el tema.

—Está bien, cariño. No tienes que hacerlo si no quieres —dijo finalmente, ofreciéndole una sonrisa tranquilizadora