Panacea | KookV/KookTae

Capítulo 9: Vínculo

Muchas veces, cuando somos apenas unos niños, soñamos con lo que queremos ser de grandes. Pensamos en ser policías, bomberos, doctores, bailarines, o incluso en seguir los pasos de nuestros padres, estudiando las mismas carreras que ellos para convertirnos en versiones más diferente de quienes admiramos. Sin embargo, a medida que crecemos, esos sueños infantiles a menudo se desvanecen, se transforman, o simplemente son reemplazados por las expectativas y las exigencias de nuestros padres, quienes creen saber lo que es mejor para nosotros y piensan que es lo que más nos conviene.

Para Taehyung, la situación era aún más clara. Desde muy pequeño, tenía dos cosas muy definidas en su mente. Primero, no quería encargarse de la empresa familiar; eso ya estaba delegado para su hermano mayor, quien siempre había demostrado una aptitud natural para los negocios. Segundo, no quería estudiar ninguna de las carreras de sus padres. No quería ser un empresario pulcro como su padre ni un diseñador de modas prestigioso como su madre. Esas opciones, aunque eran admirables, no resonaban con su verdadera pasión.

Lo que Tae realmente quería ser cuando creciera era ser fotógrafo. La primera vez que su madre lo llevó a una sesión de fotos como espectador, quedó absolutamente encantado con el trabajo de la fotógrafa. Cada clic de la cámara, cada destello de las luces, y cada instante capturado en una imagen le parecieron mágicos. Se maravillaba de cómo la fotógrafa podía congelar momentos en el tiempo, contando historias sin necesidad de palabras, y cómo podía captar la esencia de una persona con un solo disparo. Para el chico, la fotografía no era solo un medio para capturar imágenes, sino una forma de arte, una manera de expresar sentimientos y narrar historias de una manera única y poderosa.

Desde aquel día, su fascinación por la fotografía solo creció. Comenzó a experimentar con cámaras desechables que compraba en la tienda de la esquina y, con el tiempo, ahorró lo suficiente para comprarse una cámara digital básica. Pasaba horas explorando su entorno, buscando la belleza en los detalles cotidianos que otros podrían pasar por alto. La fotografía se convirtió en su refugio, su escape de las presiones de la vida.

La fotografía no solo le proporcionaba una salida creativa, sino también un sentido de propósito y una conexión con el mundo que de otro modo se le escapaba. A través del lente de su cámara, el menor de los Kim encontró una forma de ver la belleza en la vida, incluso en los momentos más oscuros y difíciles. Para él, cada foto era una ventana a un mundo más brillante, una forma de capturar la luz incluso en los días más sombríos.

A pesar de su pasión, el castaño sabía que sus sueños no serían fácilmente aceptados por su padre, quien esperaba que él siguiera una carrera más "práctica" y "respetable". Sin embargo, esto no detuvo a Taehyung. En secreto, seguía perfeccionando su habilidad, esperando el día en que pudiera mostrar su trabajo al mundo y, con suerte, ganarse el respeto y la aceptación de su progenitor.

Un día, mientras regresaba de clases de violín, Tae encontró a su padre en su cuarto con los brazos cruzados, observando la cámara de su hijo menor con una expresión gélida.

—¿Qué es todo esto? —preguntó su padre con un tono cortante, sosteniendo la cámara como si fuera algo sucio.

—Es... es mi cámara, papá. Me gustaría ser algún día fotógrafo —respondió el joven, su voz temblorosa por la tensión.

—¿Fotógrafo? —replicó su padre con desdén—. ¿Crees que puedes ganarte la vida con esto? ¡Deja de soñar y empieza a tomar las cosas en serio!

Tae sintió un nudo en la garganta al enfrentarse a la incredulidad y el desprecio en los ojos de su padre. Había esperado resistencia, pero no anticipó la ferocidad con la que sería confrontado por sus aspiraciones. Sabía que su padre tenía expectativas altas y creía firmemente en seguir una carrera tradicional y segura, pero la pasión del castaño por la fotografía era inquebrantable.