Capítulo 12: Jindama

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Taehyung jugaba con su familia en el parque, las risas y los murmullos felices llenaban el aire, era un ambiente de calidez y cercanía. Sentado en su banco favorito, observaba con una sonrisa tranquila mientras los niños corrían y charlaban de su día en la escuela. Era como un día perfecto, donde todo parecía estar en armonía.

Decidió levantarse y dar un paseo solitario por el parque. Sus pasos eran ligeros y tranquilos, disfrutando del cálido sol que acariciaba su piel. Caminó por el sendero conocido, rodeado de árboles frondosos y bancos donde había compartido momentos especiales con sus amigos de la infancia y ahora estaba con su familia. Sus pensamientos estaban llenos de recuerdos felices: un par de cumpleaños celebrados, partidos de fútbol improvisados, días de picnic o tardes de verano interminables.

Sin embargo, a medida que avanzaba, algo cambió sutilmente en el ambiente. Los sonidos alegres del parque comenzaron a desvanecerse lentamente, como si una manta de silencio se extendiera sobre el lugar. Kim frunció el ceño, confundido por la transformación repentina del entorno. Los árboles, que antes parecían acogedores, ahora proyectaban sombras oscuras y alargadas que danzaban inquietantemente a su alrededor.

Se detuvo en seco, su corazón comenzando a latir un poco más rápido. Un escalofrío recorrió su espalda cuando notó una figura solitaria de pie junto al columpio, de espaldas a él. Era una silueta familiar, pero su presencia parecía fuera de lugar en ese entorno que antes había sido tan acogedor y familiar.

El castaño se acercó con cautela, sintiendo una sensación de incomodidad creciente en el fondo de su ser. Mientras se acercaba, el sol parecía perder su brillo, arrojando sombras sombrías sobre la figura que yacía frente a él. Con cada paso, la figura se hizo más clara, revelando una silueta que Taehyung conocía demasiado bien.

Fue entonces cuando la figura se giró lentamente. El rostro que miraba hacia Tae era borroso, era un rostro que no podía llegar a ver del todo, pero sabía muy bien quien era.

Kim abrió la boca para llamarlo, pero ninguna palabra salió. Estaba paralizado por la conmoción y el dolor que inundaban su ser. Intentó avanzar, pero sus pies parecían estar pegados al suelo, como si el peso de la tristeza y la culpa lo hubiera arraigado en el lugar.

Una sensación de déjà vu lo invadió, pero decidió acercarse. —¡Hey! —llamó, esperando una respuesta, pero la figura no se movió. El chico frunció el ceño, sintiendo una creciente inquietud. Continuó caminando hacia la figura, pero la distancia entre ellos no disminuía.

—¿Por qué no hablas —preguntó, su voz cargada de preocupación?

La figura comenzó a desvanecerse lentamente, como una sombra que se desvanece al tocar la luz del sol. El chico extendió una mano temblorosa hacia él, con lágrimas que amenazaban con empañar su visión. Pero antes de que pudiera alcanzarlo, se desvaneció por completo, dejando a Tae solo en un parque vacío y silencioso, donde el único sonido era el latido acelerado de su propio corazón roto.

El aire se volvió más frío, y un viento helado sopló, trayendo consigo un susurro apenas audible. El corazón del castaño comenzó a latir con fuerza.

—¿Por qué no estuviste allí? —la voz resonó en su mente, llena de dolor y recriminación.

Kim se detuvo en seco, el terror creciendo dentro de él. —Lo siento... de verdad lo siento —murmuró, las lágrimas comenzando a llenar sus ojos. Intentó moverse, pero sus pies estaban pegados al suelo.

La figura apareció delante de él tomándolo del cuello para que no pudiera respirar, revelando rasgos borrosos y sombríos que apenas Tae podía distinguir. Los ojos de la figura, vacíos y sin vida, parecían penetrar en lo más profundo de su alma. La voz, ahora más clara pero aún distorsionada, continuó resonando en su mente.

Panacea | KookV/KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora