El aire en la cueva era denso, cargado de una energía que parecía vibrar con cada palabra pronunciada. Mientras Ágata trazaba un mapa improvisado en el suelo de piedra, los demás discutían cómo avanzar hacia las profundidades del reino. Aiden y Ronan debatían las trampas que podrían enfrentar, Dorian afilaba su espada en silencio, y Lyra limpiaba sus flechas con precisión metódica.Eliana, por su parte, se apartó del grupo, llevando consigo el libro que había encontrado. Se sentó cerca de una de las paredes, donde un tenue resplandor emanaba de un cristal incrustado en la roca. Su mente estaba llena de preguntas: ¿qué significaba realmente el vínculo que compartía con Aiden? ¿Cómo podía usarlo para ayudar al grupo? Y lo más inquietante: ¿qué papel jugaba ella en todo esto?
Mientras repasaba las páginas del libro, una sensación extraña comenzó a formarse en su pecho, como si algo dentro de ella estuviera despertando. Al pasar una página, un símbolo comenzó a brillar tenuemente en el papel: una estrella rodeada por líneas sinuosas que parecían danzar en el aire.
—Eso no estaba ahí antes... —susurró Eliana, pasando los dedos por el dibujo.
De repente, una luz cálida emanó del libro y envolvió sus manos. Eliana contuvo el aliento cuando un torrente de imágenes invadió su mente: figuras sombrías, una luz radiante que las ahuyentaba, y una voz suave pero firme que resonaba en su interior.
~La luz es el equilibrio... La sombra no puede existir sin ella. Pero en las manos equivocadas, ambas pueden destruirse mutuamente.~
Eliana abrió los ojos de golpe, jadeando. La luz se disipó, pero una cálida sensación permaneció en su pecho.
—¿Qué fue eso? —murmuró, mirando sus manos.
Antes de que pudiera procesarlo, Ágata apareció a su lado, su mirada intensa.
—Siento algo... distinto en ti. ¿Qué hiciste?Eliana levantó la vista, sorprendida.
—Yo... no lo sé. Estaba leyendo el libro, y entonces...Ágata la observó con detenimiento antes de asentir lentamente.
—Es como sospechaba, este reino no solo afecta a quienes nacieron en él. Si alguien del exterior es lo suficientemente receptivo, puede despertar un poder único.—¿Quieres decir que yo... tengo un poder? —preguntó Eliana, con una mezcla de emoción y miedo.
Ágata asintió.
—El libro te eligió. Pero no es suficiente con tener el poder... Necesitarás aprender a usarlo antes de que se convierta en una carga.(...)
Mientras Ágata explicaba lo sucedido a los demás, Aiden parecía dividido entre orgullo y preocupación.
—Esto la pone en peligro, Ágata. Si Malrick o el Devora-Luces descubren que tiene este poder, irán tras ella.
—¿Y acaso no irían tras ella de todos modos? —intervino Lyra, encogiéndose de hombros—. Al menos ahora tiene una oportunidad de defenderse.
—Lyra tiene razón —dijo Ágata, cruzando los brazos—. Además, Eliana no parece ser el tipo de persona que se queda esperando a ser protegida.
Eliana alzó la barbilla, decidida.
—No me importa el peligro. Si este poder puede ayudarnos a detener a Malrick y recuperar el reino, lo usaré.Aiden suspiró, sabiendo que no podía detenerla.
—Está bien. Pero no te arriesgues más de lo necesario.Con la decisión tomada, el grupo comenzó a prepararse para su viaje a las profundidades del reino. Según Ágata, la reliquia que buscaban, el fragmento del corazón de sombra, estaba escondida en un templo antiguo custodiado por sombras errantes. Estas sombras, aunque no eran leales a Malrick, atacarían a cualquiera que intentara tomar la reliquia.
(...)
El camino hacia el templo fué largo y peligroso. A medida que descendían por túneles oscuros y cruzaban puentes colgantes sobre abismos sin fondo, se encontraron con criaturas que parecían hechas de pura sombra, con ojos que brillaban como brasas.
En uno de los túneles, el grupo se encontró con un par de figuras que parecían estar luchando contra una de estas criaturas. Uno era un hombre robusto con un martillo gigante, y la otra, una mujer delgada pero ágil que usaba dagas gemelas con movimientos letales.
—¡Cuidado! —gritó Dorian, avanzando para ayudarles.
El grupo se unió a la pelea, y con sus esfuerzos combinados, lograron derrotar a la criatura. Cuando todo terminó, las dos figuras se presentaron como Kael y Mira, mercenarios que habían estado explorando las profundidades en busca de un tesoro perdido.
—No esperaba encontrar a alguien más aquí abajo —dijo Kael, limpiando el sudor de su frente—. ¿Qué los trae a este lugar maldito?
—Es una larga historia —respondió Aiden—. Pero si están buscando problemas, los tenemos de sobra.
Mira lo miró con curiosidad.
—¿Aiden? ¿El príncipe fugitivo?Aiden gruñó.
—¿Acaso todos saben quién soy?—Eres una leyenda por aquí —dijo Kael, riendo—. Pero parece que también eres un imán para el peligro.
_Nos vendrían bien más manos si están dispuestos a unirse —intervino Ágata, su tono práctico.
Tras un breve intercambio, Kael y Mira decidieron unirse al grupo, intrigados por la misión y por la recompensa que podría implicar enfrentarse a Malrick.
Mientras continuaban su viaje, Ágata comenzó a entrenar a Eliana en el uso de su recién descubierto poder. Según Ágata, la luz dentro de Eliana no solo podía debilitar a las sombras, sino también curar y fortalecer a sus aliados.
—Piensa en ello como un fuego interno —le explicó Ágata—. La luz no puede ser forzada, pero si aprendes a escucharla, responderá a tu llamado.
Al principio, Eliana luchó por controlar su poder. Sus intentos de generar luz resultaban en destellos intermitentes que apenas iluminaban el camino. Pero con el tiempo y la guía de Ágata, comenzó a sentir el flujo de energía dentro de ella, como una corriente cálida que podía dirigir con su mente.
En un enfrentamiento con otra sombra errante, Eliana finalmente logró usar su poder de manera efectiva. Cuando la criatura se abalanzó sobre Lyra, Eliana levantó las manos y una ráfaga de luz dorada la envolvió, forzando a la sombra a retroceder con un chillido.
El grupo la miró con asombro, y Aiden le dedicó una sonrisa llena de orgullo.
—Sabía que lo tenías en ti.Eliana sonrió, sintiendo por primera vez que realmente podía marcar una diferencia.
Con Kael y Mira uniéndose al grupo y Eliana dominando poco a poco su poder, el equipo llegó finalmente a la entrada del templo antiguo. Sus puertas de obsidiana estaban grabadas con símbolos arcanos que parecían moverse bajo la luz de las antorchas.
—Aquí es donde las cosas se ponen interesantes —dijo Ronan, mirando las puertas con una mezcla de emoción y nerviosismo.
Aiden se adelantó, colocando una mano en las puertas.
—Este es el lugar donde todo cambiará.Eliana se acercó a él, tomando su mano.
—Estamos contigo, Aiden. Pase lo que pase.Mientras las puertas se abrían lentamente, un resplandor oscuro emanó del interior, y el grupo supo que el verdadero desafío apenas estaba comenzando.
(...)
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El Sr. de la oscuridad & yo
AventuraUna extraña sombra me sigue a todos lados desde que tengo memoria, cuándo se materializó frente a mi, me reveló algo que cambió mi vida por completo.