Capítulo 7: Aliados y Revelaciones

6 1 0
                                    


El amanecer en el reino de las sombras era un evento peculiar. No había sol, pero un resplandor tenue y frío comenzaba a filtrarse por las grietas del templo, iluminando los oscuros símbolos en las paredes. Ronan había pasado la noche trazando mapas y discutiendo estrategias con Aiden. Mientras tanto, Eliana, incapaz de quedarse quieta, exploró el templo, su curiosidad empujándola a aprender más sobre este mundo que cada vez parecía más enredado en su destino.

Un nuevo descubrimiento
Eliana encontró una sala apartada, sus paredes cubiertas de libros antiguos y artefactos brillantes que vibraban con energía. Al acercarse a uno de los estantes, un volumen grueso y polvoriento llamó su atención. Lo abrió con cuidado, leyendo lo que parecía ser un manual sobre el poder de las sombras.

"Las sombras nacen del miedo, del anhelo y del arrepentimiento. Pero no todas las sombras son iguales. Las más poderosas no solo se alimentan de los sentimientos humanos, sino que también los manipulan para volverse invencibles."

Eliana tragó saliva. Mientras pasaba las páginas, encontró menciones de criaturas como el Devora-Luces y de figuras influyentes como Malrick, quienes habían perfeccionado la habilidad de someter a las sombras más débiles. Pero lo que más llamó su atención fue una sección que describía cómo la conexión emocional entre dos seres podía influir en el equilibrio de las sombras.

"Un vínculo verdadero puede actuar como un faro de luz en la oscuridad, debilitando a las sombras que se alimentan del caos. Pero también puede ser un arma de doble filo, si el vínculo se usa en su contra."

—¿Qué estás leyendo?

Eliana dio un respingo al escuchar la voz de Ronan detrás de ella. Él estaba de pie en la entrada, observándola con una mezcla de curiosidad y cautela.

—Algo que podría ayudarnos —respondió ella, sosteniendo el libro—. Aquí dice que las sombras más poderosas pueden ser influenciadas, incluso derrotadas, si sabemos cómo usar nuestras emociones contra ellas.

Ronan arqueó una ceja, acercándose para echar un vistazo.
—Eso es interesante, pero también peligroso. Usar algo tan inestable como las emociones puede ser un arma de doble filo.

—Lo sé —admitió Eliana—. Pero si Malrick y el Devora-Luces están detrás de nosotros, necesitamos todas las ventajas posibles.

Ronan la miró fijamente por un momento antes de asentir.
—Tienes agallas, lo admito, pero esto no será fácil. Necesitamos más que libros y teorías... Necesitamos aliados.

(...)

Más tarde ese día, Ronan los llevó a una cueva escondida detrás de una cascada oscura, donde, según él, vivían antiguos amigos que podrían ayudarles. Al llegar, Aiden pareció tensarse, y Eliana notó cómo sus ojos se oscurecían ligeramente.

—¿Estás seguro de que estarán dispuestos a ayudarnos? —preguntó Aiden con cautela.

Ronan sonrió.
—Oh, confía en mí, nos ayudarán. Puede que no estén felices de verte, pero nunca rechazan una causa justa.

Dentro de la cueva, fueron recibidos por una figura alta y encapuchada que sostenía un bastón brillante. Cuando se quitó la capucha, Eliana vio a una mujer de cabello plateado y ojos azules como el hielo. Su rostro era severo, pero había una chispa de calidez en su mirada.

—Ronan. Es un placer verte vivo. ¿Y quiénes son tus acompañantes?

—Aiden, el heredero desaparecido, y Eliana, su luz en la oscuridad —respondió Ronan con una sonrisa burlona.

La mujer entrecerró los ojos, evaluándolos.
—Aiden... El príncipe fugitivo. Nunca pensé que te volvería a ver.

—Ágata —dijo Aiden, asintiendo ligeramente—. Necesitamos tu ayuda.

Ágata cruzó los brazos, claramente disfrutando de la situación.
—¿Mi ayuda? ¿Después de desaparecer y dejarme con la carga de enfrentar al consejo?

—No vine aquí a discutir el pasado —dijo Aiden, su tono firme pero no agresivo—. Vine porqué el Devora-Luces nos persigue, y Malrick está más cerca que nunca de tomar el control.

Ágata lo miró fijamente antes de suspirar.
—Siempre fuiste un idiota, pero tu corazón está en el lugar correcto. Está bien, te ayudaré... Pero necesitarás más que solo a mí.

Con un gesto, Ágata llamó a otros dos individuos que salieron de las sombras. Uno era un hombre musculoso de piel oscura y ojos rojos brillantes, con una espada a la espalda. El otro era una figura más pequeña y ágil, con un arco y carcaj llenos de flechas que parecían hechas de pura energía.

—Dorian y Lyra —dijo Ágata, presentándolos—. Ambos son tan tercos como tú, Aiden, pero saben luchar.

—Encantado de verte metido en problemas otra vez, príncipe —dijo Dorian con una sonrisa burlona.

Lyra simplemente asintió, su mirada fija en Eliana.
—¿Y tú? ¿Qué aportas al equipo?

Eliana alzó la barbilla, negándose a sentirse intimidada.
—Estoy aprendiendo a usar este mundo contra quienes lo corrompen. Tal vez no soy una sombra completamente, pero tengo algo que ofrecer.

Lyra arqueó una ceja, pero sonrió ligeramente.
—Eso me gusta. Al menos no eres una princesa indefensa.

(...)

Esa noche, el grupo discutió sus próximos pasos. Ágata les habló de una antigua reliquia oculta en las profundidades del reino que podría ayudar a Aiden a reclamar el trono: un fragmento del corazón de sombra, la fuente de poder de su linaje. Pero para encontrarlo, necesitarían enfrentarse a las trampas y guardianes que lo protegían.

Mientras todos discutían, Eliana se retiró a un rincón con el libro que había encontrado, estudiando cada palabra sobre las sombras y sus debilidades. Sabía que sería difícil, pero estaba decidida a ser algo más que una simple espectadora.

Cuando Aiden se acercó a ella más tarde, ella le mostró lo que había aprendido.
—Tal vez esto sea útil —dijo, señalando la sección sobre cómo un vínculo fuerte podía ser usado contra las sombras.

Aiden la miró con una mezcla de admiración y preocupación.
—No puedo pedirte que arriesgues tanto, Eliana.

—No lo estás pidiendo, lo estoy eligiendo por mi cuenta —respondió ella, tomando su mano—. Estamos juntos en esto, Aiden. Lo que sea que venga, lo enfrentaremos juntos.

Él asintió, una pequeña sonrisa curvando sus labios.
—Gracias, Eliana.

Mientras el grupo se preparaba para lo que venía, Eliana sintió una mezcla de miedo y esperanza. Sabía que el camino sería peligroso, pero con sus nuevos aliados y su creciente determinación, estaba lista para enfrentarlo todo.

(...)

El Sr. de la oscuridad & yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora