El grupo avanzaba con cautela hacia el desolado desfiladero donde, según Kaelion, se encontraba una mina de acero estelar, el único material capaz de forjar armas y armaduras con el poder necesario para enfrentar a Malrick. Sin embargo, el camino estaba lleno de incertidumbre. La reciente revelación sobre la vulnerabilidad de Eliana y Aiden había dejado al grupo alerta, pero también resueltos.Kaelion, como siempre, lideraba la marcha con sus ojos brillantes, atentos a cualquier peligro. Mientras se acercaban al desfiladero, Yelindra rompió el silencio.
—No puedo evitar pensar que estamos siendo observados. Este lugar tiene una energía... diferente.
Kaelion asintió.
—Es posible. Este territorio alguna vez perteneció al Pueblo de las Sombras Libres, un grupo que se negó a someterse a Malrick. Si aún queda alguno, estarán escondidos.—¿Crees que podrían ayudarnos? —preguntó Ronan, cruzando los brazos.
—Quizás —respondió Kaelion—, pero necesitarán algo a cambio. Siempre lo hacen.
La entrada a la mina era un cráter inmenso rodeado por acantilados. Las paredes brillaban con un tenue resplandor plateado, un indicio del acero estelar enterrado en sus profundidades. Sin embargo, lo que sorprendió al grupo fue el descubrimiento de una entrada oculta a un túnel, camuflado con magia tan antigua que incluso Kaelion tuvo que detenerse para estudiarla.
—Esto no fue obra de Malrick —murmuró, tocando las runas grabadas en la roca—. Esto es magia de las Sombras Libres.
—Entonces tal vez aún estén aquí —susurró Eliana, sintiendo un leve escalofrío recorrer su espalda.
Avanzaron con cautela por el túnel, que los llevó a una vasta caverna iluminada por cristales oscuros que emitían una luz cálida y reconfortante. Allí encontraron un pueblo oculto, lleno de sombras vivientes, pero diferentes a las que habían enfrentado antes. Estas sombras parecían más humanas, sus formas más definidas y menos intimidantes.
Un grupo de guerreros se acercó al instante, apuntándolos con lanzas hechas de acero estelar.
—¿Quiénes son y por qué han venido? —preguntó el que parecía ser su líder, una figura alta con ojos como brasas y una armadura resplandeciente.
Kaelion dio un paso adelante, inclinándose levemente.
—Somos aliados en contra de Malrick. Buscamos el acero estelar para forjar armas que nos permitan destruir el Nexo y liberar este mundo.El líder lo miró con desconfianza.
—¿Y por qué deberíamos confiar en ustedes? Si Malrick descubre nuestra ubicación, todos estaremos perdidos.Fue Eliana quien habló entonces, su voz firme pero compasiva.
—Entendemos su miedo... Nosotros también estamos arriesgando todo por esta causa. Pero si no nos unimos, Malrick acabará encontrándolos, tarde o temprano.El líder observó a Eliana por un largo momento, como si estuviera evaluando su sinceridad. Finalmente, asintió.
—Mi nombre es Lysandor. Si realmente desean nuestra ayuda, deberán demostrar su valor enfrentando nuestras pruebas. Y si lo logran, les ofreceremos nuestro ejército.Las pruebas de las Sombras Libres.
Las pruebas consistían en desafíos físicos, estratégicos y mágicos diseñados para evaluar la fuerza, la inteligencia y el corazón del grupo. Mientras Aiden y Ronan demostraban su destreza en combate, Kaelion y Yelindra deslumbraron con su conocimiento de tácticas y hechizos. Sin embargo, fue Eliana quien enfrentó la prueba más difícil.En un altar de cristal negro, Lysandor la desafió a canalizar su poder sin depender del vínculo con Aiden.
—Tu fuerza radica en el vínculo, pero también en ti misma. Si puedes mostrar que controlas esa conexión, demostrarás que no eres una carga, sino un pilar.
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El Sr. de la oscuridad & yo
MaceraUna extraña sombra me sigue a todos lados desde que tengo memoria, cuándo se materializó frente a mi, me reveló algo que cambió mi vida por completo.