Epílogo

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Jimin POV

4 meses después ─ Agosto.

─¿Seguro que estás preparado para esto?

Miro a Jungkook, que está de pie frente a mí, apoyado en el manillar de su Indian Scout. Está más sexy que nunca con su camiseta blanca y sus vaqueros, y las líneas y los dibujos de sus tatuajes asoman por debajo de las mangas. Me cuesta concentrarme en lo que estoy haciendo.

Que es aprender a conducir la puta moto que tengo entre los muslos.

Nunca ha estado en mi lista de cosas que hacer antes de morir, pero aún recuerdo el día que mencionó enseñarme a conducirla después de uno de nuestros innumerables encuentros y, lo que es más importante, la chispa en los ojos de Kook ante la idea de enseñarme algo que le encanta.

Es una luz que no quiero que se apague nunca. Jamás.

Así que cuando mencionó de pasada lo de ir a dar una vuelta hoy, pensé... ¿qué mejor momento que el presente? Excepto que, ahora que estoy a horcajadas sobre la maldita cosa, la ansiedad se ha apoderado de mí y empiezo a arrepentirme por completo de mi línea de pensamiento.

Aun así, me trago mi inquietud y asiento con firmeza. ─ Sí, hagámoslo.

Arquea una ceja oscura, pero se limita a señalar la moto con la cabeza. ─ Pues ponla en marcha.

Haciendo lo que me dice, giro a la derecha el interruptor de encendido que me enseñó antes.

─Bien, ahora acciona el interruptor de la empuñadura derecha. Eso conecta el sistema eléctrico. ─ Cuando lo hago, vuelve a asentir y coloca su mano derecha sobre mi izquierda y me da un suave apretón ─. Perfecto, ahora pisa el embrague y pulsa el botón de arranque.

Mi dedo se detiene un momento sobre el botón de arranque de la empuñadura derecha mientras miro fijamente sus ojos onix como el hielo, y él me dedica una sonrisa fácil y tranquilizadora.

─Lo tienes, bebé. Déjala rugir.

Un instante después, el motor ronronea bajo mis pies y, en ese momento, entiendo por qué le gusta tanto. La emoción que se dispara a través de mí es irreal. Pura potencia y adrenalina.

Levanto la vista de la moto y lo veo sonriéndome.

─¿Te subes?

Una expresión de diversión en su cara ridículamente guapa. ─ ¿Quieres que monte a la perra en mi propia moto?

Ahora es mi turno de divertirme. ─ ¿Como si no te encantara cada oportunidad que tienes de rozarme por detrás?

Sus labios se fruncen un momento antes de asentir. ─ Quizá, pero ahora no estás desnudo. ─ Otra breve pausa y luego: ─ Espera, ¿eso es algo que podemos...?

─Por supuesto que no ─, digo riendo, aunque mentiría si la idea no me pareciera medio atractiva... siempre y cuando estuviera apagada y con el caballete bajado. O, tal vez, él inclinado sobre ella...

Maldita sea. Pasar todo este tiempo con él debe de estar contagiándome.

Me sacudo los pensamientos sucios lo mejor que puedo y hago un gesto con la cabeza hacia el asiento de atrás. ─ Vamos. Sabes que quieres.

Sus labios se fruncen por un momento, formando una línea fina y apretada mientras se debate si confía plenamente en mí para no destruir una de sus posesiones más preciadas... solo para dar la vuelta a la moto y subir detrás de mí con facilidad.

Probablemente una sabia decisión, si te soy sincero.

El torso de Kook me aprieta la espalda, lo que hace aún más difícil concentrarme que cuando podía verlo. El calor que irradia a través de mi camiseta me produce escalofríos mientras me mira por encima del hombro y sigue dándome instrucciones tranquilizadoras.

rivales ✧ jikookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora