Jimin POV
Dos manos firmes me agarran por la cintura mientras intento abrir la puerta principal de la casa, lo que hace que todos los nervios de mi cuerpo se pongan en alerta. Incluidos los conectados a mi polla, porque junto con la forma en que siento la de Kook apretada contra mi culo, estoy luciendo una erección en toda regla.
He estado así toda la noche, ya que este tipo es el mayor calienta pollas que he conocido nunca.
Desde que terminó el entrenamiento, he estado deseando tenerlo en casa, desnudo y debajo de mí más de lo que me muero por sostener el trofeo de los Frozen Four al final de la temporada. Pero me ha fastidiado los planes pidiéndome una cena tardía en vez de dejarme tenerlo como plato principal. Sin embargo, el sustento es una buena cosa, y cuando mencionó un agujero en la pared lugar mexicano que había oído que tiene absolutamente el mejor pastor en el área metropolitana de Seúl, me convenció.
Lástima que apenas pudiera disfrutar de mi comida con él delante de mí, lo bastante cerca como para oler su almizclado jabón corporal, aunque demasiado lejos como para tocarlo. Lo único que podía hacer era mirarlo al otro lado de la mesa. Lo cual él sintió la necesidad de mencionar. Más de una vez.
Como no soy de los que se aguantan las tonterías, en cuanto pagamos y entramos en mi coche, prácticamente lo metí en mi regazo para besuquearnos y follar en seco. Solo duró unos veinte minutos antes de que no pudiera aguantar más y tuviera que llevarnos a casa, de lo contrario corría el riesgo de follármelo en el asiento trasero de mi coche.
Por eso estamos en mi casa y no en la suya, como siempre. Acortar diez minutos el viaje significa entrar dentro de él diez minutos antes.
Ha desmantelado el noventa y cinco por ciento de mi autocontrol. Y estoy listo para devorarlo por eso.
Si tan solo pudiera abrir la maldita puerta.
─Mierda ─, maldigo en voz baja mientras sigo tanteando la cerradura y la llave ─. Estás haciendo esto mucho más difícil de lo que debería ser.
─Mmm ─, tararea seductoramente mientras me pasa la lengua por la unión de la mandíbula y la garganta ─. ¿Pero no se trata de eso?
Para convencerme de su razonamiento, se acerca a mi ya dolorida polla a través de los vaqueros. Llevo empalmado desde que salimos de cenar gracias a sus bromas, y la presión en mis huevos se está convirtiendo en una cuestión de vida o muerte.
No bromeo, si no me corro en los próximos veinte minutos, podría morir.
Por suerte, por fin puedo introducir la llave en la cerradura y empujar suavemente la puerta para abrirla, encontrándome con una tranquila oscuridad en el salón de la casa. Como debe ser, ya que es casi la una de la madrugada de un día laborable. El único de mis compañeros de piso al que se le ocurriría estar despierto a estas horas es Taemin, pero por suerte está a dos pisos de distancia de mi habitación.
Kook sigue frotando mi cuerpo a través de la tela vaquera, y yo suelto un gemido bajo antes de girarme hacia él. Le rodeo la nuca con una mano y lo hago girar antes de apoyar la otra firmemente contra el marco de la puerta. Lo hago retroceder lentamente contra la madera, con mi cuerpo pegado al suyo, y él deja caer el bolso al escalón del porche.
─Estás intentando matarme─, murmuro, más como una afirmación que como una pregunta. Porque no hay forma de que pueda soportar mucho más el tormento que está desatando.
─Créeme─, me susurra ─, ese no es el objetivo.
Me agarra la barbilla con la mano y me atrae hacia sí para darme un beso abrasador, con su lengua chasqueando la mía al separarme los labios. El corazón me da un vuelco en el pecho cuando me inclina la mandíbula y sus dedos rozan la piel. Es como si lo apretara con un puño mientras lucha por encontrar un ritmo constante.
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rivales ✧ jikook
أدب الهواةEn el amor y en el hockey, todo está permitido, incluso lo impensable. Desde el primer día, la animosidad entre el rebelde indomable, Jeon JungKook y la estrella del equipo, Park Jimin, ha sido imposible de ignorar. Opuestos en todo sentido, han pas...