Por un momento, pensé que lo que Kiran acababa de decir era una broma. ¿Un avión esperando para llevarnos a la India? ¿Casarnos? Tuve que tragar saliva para evitar reírme nervioso, pero cuando alcé la vista y lo miré, me encontré con su rostro completamente serio.
No había ni rastro de burla en su expresión. Mi corazón empezó a latir con más fuerza, y el aire en la habitación de repente se sintió más denso.
—No, no puedo irme ahora —dije rápidamente, intentando recuperar la compostura— La próxima semana comenzarán mis clases.
Kiran arqueó una ceja, ofendido pero al mismo tiempo ¿riéndose? Había algo en su mirada que me hacía sentir que estaba probando mis límites.
—Me estás rechazando, Elena? —dijo, cruzándose de brazos y dejándose caer en el respaldo del sofá con una mezcla de incredulidad y diversión— ¿Estás rechazando casarte conmigo?
Sentí como el calor subía a mis mejillas.
-¡No! No es eso,yo... Solo que me has sorprendido, eso es todo —dije, tartamudeando como una completa idiota.
Kiran dejó escapar una risa baja, aunque sus ojos seguían fijos en mí, observándome como si pudiera leer cada uno de mis pensamientos.
—Pues es hora de que te recuperes de la sorpresa, porque debemos irnos ahora mismo. Mis padres nos esperan.
—¿Qué? —respondí, dando un paso atrás como si eso fuera a detener el impulso imparable que parecía traer consigo.
Kiran se levantó del sofá, sus movimientos calmados pero llenos de intención. Me miró directamente, su expresión firme pero no del todo fría.
—Elena, esto no es negociable. Mis padres me han apoyado, y tu madre claramente también está de acuerdo. Así que, a menos que tengas una razón realmente convincente, deberías empezar a hacer tus maletas.
Mi cabeza giraba, y por un segundo, no supe qué decir. ¿Cómo había llegado a este punto? ¿Cómo podía siquiera procesar lo que estaba pasando? Una parte de mí quería gritarle, pero otra no podía evitar sentir una extraña emoción al saber que estaba dispuesto a hacer todo esto por mí.
Kiran me miró con esa mezcla de paciencia y desafío que parecía ser su expresión predeterminada cuando estaba conmigo. Al final, suspiré, cruzando los brazos mientras intentaba ordenar mis pensamientos.
—De acuerdo, Kiran —dije, levantando la barbilla y tratando de sonar segura— Te seguiré el juego. Por ahora. Porque estoy bastante segura de que mis padres están planeando algo extraño para mí.
Kiran dejó escapar una risa baja, inclinándose ligeramente hacia mí como si estuviera a punto de compartir un secreto.
—No están planeando "algo extraño," Elena. Están planeando nuestra boda.
Lo miré, intentando encontrar alguna señal de que estaba bromeando, pero su tono era tan serio como su mirada.
—Claro, claro. Nuestra boda. ¿Dónde están las invitaciones? ¿El anillo? —pregunté con sarcasmo, aunque había una pequeña parte de mí que deseaba que fuera verdad. Pero como no había un anillo ni un gesto romántico, no podía tomarlo en serio.
—¿Un anillo? —repitió, como si estuviera considerando la idea por primera vez.
—Sí, Kiran, un anillo —dije, rodando los ojos mientras señalaba mi dedo anular vacío— Si vas a jugar a este tipo de cosas, al menos juega bien.
Kiran se rió entre dientes, y aunque me molestaba, no podía evitar sentirme un poco intrigada por su tranquilidad.
—Entonces, ¿dónde vamos a vivir? —pregunté en tono de broma, levantando una ceja.

ESTÁS LEYENDO
Bajo las 7 promesas
Teen FictionElena García tenía su vida perfectamente planeada: terminar sus estudios, unirse a la empresa familiar y quizás algún día, dejar de ser la hija obediente para seguir sus propias pasiones. Pero un inesperado viaje de negocios a la India junto a su pa...