Capítulo XXVI

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   Cerré la puerta del consultorio a mis espaldas y miré a May, que estaba sentada en el escritorio tecleando un par de cosas en el ordenador antes de irse.

   Sentí un poco de pena cuando levantó su rostro y sonrió al verme, logrando que sus ojos bajo los lentes se transformaran en tan sólo un par de rayitas.

   Había llegado el momento de decírselo.

   —¿Ya te vas, mi amor? —me preguntó, poniéndose de pie y caminando hacia mí—. ¿No podemos ir a cenar algo rico tú y yo?

   Esquivé su beso y aparté sus manos de mi hombro. May adoptó un semblante de desconcierto.

   —¿Qué pasa?

   —No quiero estar contigo —fuí directo—. Lo mejor será que terminemos.

   El rostro de May se tiñó de profunda tristeza y confusión. Parpadeó perpleja, cómo si aún no entendiera bien lo que trataba de decirle.

   —¿Qué dices, John? ¿Estás hablando en serio?

   Asentí mientras me acomodaba la corbata.

   —Muy en serio.

   —Pero... pero no entiendo... ¿Hice algo malo?

   La miré y solté un suspiro.

   Era eso lo que quizá hacía que me diera pena terminar con ella. May era, entre otras cosas, una joven mujer bastante sumisa y noble en todos los sentidos, sin ninguna pizca de malicia ni perversión, lo que hacía que fuera realmente dulce.

   Y romperle el corazón de esa forma me hacía sentir un poco de lástima, pero no podía seguir con ella, mucho menos seguir alargando la mentira y sostener algo que realmente no tenía ninguna base sentimental en mí.

   Ademas, deseaba tener el camino libre con Paul y demostrarle la sinceridad de mis intenciones.

   —No... Bueno, May, es que... es que creo que yo nunca debí haberme involucrado contigo.

   Hubo un silencio incómodo que me hizo pensar que quizá aquellas palabras sonaban mejor en mi cabeza.

   Solté una carcajadita para aligerar el ambiente cuando noté que estaba a nada de ponerse a llorar.

   —Mira, es que... simplemente no somos compatibles y no quiero pasar el resto de mi vida contigo. ¡Estoy seguro que tú tampoco! De hecho creo que sólo estás ilusionada... Mira, hay muchos hombres allá afuera deseando dar la vida por ti así que... ¿por qué no lo intentas con alguien más?

   —¿Qué estoy ilusionada, dices? —preguntó calmada, pero con evidente tristeza—. John, estoy enamorada de ti...

   —Pero yo no.

   —Dijiste que ibas a dejar a Yoko para casarte conmigo...

   —Y le pedí el divorcio, pero no para casarme contigo.

   —Me lo prometiste...

   —Lo siento, May —le dije—. Pero no te amo tanto como para casarme contigo. Ni siquiera quiero seguir a tu lado...

   —¿Hay otra persona?

   Asentí.

   —¿Quién es? ¿Es la rubia que atendiste el otro día?

   —¡No! —negué con la cabeza, sintiendo una pizca de celos al pensar en ella—. No, ella no... Pero no importa quién sea, May... Es sólo que no quiero estar contigo porque estoy enamorado de alguien más.

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⏰ Última actualización: 9 hours ago ⏰

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Once in a Lifetime ➳ McLennonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora