Capítulo XI

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   Mientras que Paul estaba enojado con Stuart, yo estaba muy feliz de que hubiera aparecido repentinamente.

   —Habla, Stuart.

   —¡Paulie! —exclamé con emoción—. ¿¡Viniste!? ¿¡Cómo sabes que estábamos aquí!? ¿¡Quieres algo de comer!? ¡Puedo ir a comprarte algo! ¡Ah, qué felicidad!

   —¿Tú por qué estás con Stuart? —preguntó inmediatamente, mirándome.

   —Yo lo llamé, Paul —se apresuró a responder el mencionado, limpiándose los labios con una servilleta—. Y lo invité a almorzar.

   —Eres lo peor.

   —¡Pero no malinterpretes nada! —espetó él—. Sólo somos amigos.

   —Sería irónico que no, ¿eh?

   Era hermosísima la manera en la que su semblante denotaba molestia. Y aunque no entendía exactamente por qué, me fascinaba ser espectador de todas y cada una de sus emociones y expresiones faciales.

   —Paul, relájate. —Pidió Stuart—. Sólo invité a John y a su hijo a comerse una hamburguesa.

   —¡Ah, mi hijo! —Recordé de pronto, poniéndome de pie efusivamente y yendo al área de juegos—. ¡Julian! ¡Julian! ¿¡Dónde estás!?

   Aunque era imposible que me escuchara gracias a ruido que había, logré ver como intentaba trepar una malla mientras se reía de su niño que se había caído.

   Suspiré aliviado y volví a la mesa, donde tomé asiento. Paul me miró.

   —¿Quieres quedarte? —le pregunté—. Vamos...

   Finalmente, luego de un suspiro, ocupó el asiento a mi lado mientras miraba a Stuart con enojo.

   Besé la mejilla de Paul.

   —No hay nada más lindo en este mundo que tu compañía, mi amor.

   —No empiecen, por favor —Stuart rodó los ojos con fastidio.

   —¿Por qué te molesta que John tenga muestras de cariño conmigo?

   —¡Porque es incómodo! —exclamó él—. No están solos, estoy yo.

   —¿Y si es incómodo por qué no te vas de una vez por todas?

   Stuart adoptó un semblante molesto.

   —¿¡Cómo que por qué me voy!? ¡Yo estaba primero con John y tú llegaste!

   —¡Y la otra vez iba a salir con John y te entrometiste diciéndome que si podías ir con nosotros!

   —¡Pero aquí sobras tú, Paul, porque John y yo...!

   —¡Entre John y yo sobras tú, Stuart! ¡Yo lo conocí primero y ahora simplemente quieres ser su amigo! ¿¡Es en serio!? ¿¡No decías ser mi amigo!?

   Paul se veía lindo discutiendo.

   —¡Pero si a ti ni siquiera te cae John! ¡Sólo te gusta la atención que te da, es todo!

   —¿Te gusta eso de mí, Paulie?

   —¡Y a ti que te importa si me gusta o no John, te dije que te mantuvieras alejado y no me hiciste caso!

   —¿¡Y por qué tengo yo que hacer lo que tú digas!? ¿¡Acaso John es de tu propiedad!?

   —Un momento, ¿ustedes dos están peleándose por mí?

   —¡Lo conocí primero y tengo más derecho que tú! ¡Sé tus intenciones, Stuart, la sé!

   —¿¡Qué pasa contigo, Paul!? ¿¡John y yo no podemos ser amigos!?

Once in a Lifetime ➳ McLennonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora