Recuerdan tu cumpleaños cuando nadie más lo hace

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(Familias enemigas)

(Su perspectiva)

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Theodore Nott

La tarde era fría, pero no tanto como otras. Las nubes se acumulaban sobre las torres del castillo, y un leve viento helado se colaba por los ventanales. Yo caminaba por uno de los pasillos del ala oeste, buscando algo con lo que distraerme. Había terminado mis deberes y, francamente, estaba aburrido. Esa parte del castillo siempre estaba tranquila a esas horas, lo cual la hacía el lugar perfecto para un poco de paz. O, en mi caso, para encontrar problemas.

Entonces la vi.

T/n estaba sentada sola junto a una ventana, mirando hacia el lago negro. Su perfil estaba iluminado por la tenue luz que atravesaba el cristal, y su expresión... bueno, no era la habitual. Normalmente, T/n tenía esa mirada desafiante que me irritaba y me entretenía a partes iguales. Siempre lista para devolverme cualquier comentario mordaz con uno igual o peor. Pero ahora... ahora su rostro estaba distinto. Su cabeza descansaba ligeramente sobre su mano, y su postura tenía un aire de melancolía que no podía ignorar.

¿Estaba triste?

Me acerqué con cautela, mis pasos resonando apenas en el suelo de piedra. No sé por qué lo hice. Quizá era pura curiosidad, o quizá había algo en esa imagen suya que me descolocaba. Pero, como siempre, decidí ocultarlo con mi habitual sarcasmo.

"Vaya, T/n, ¿ya te cansaste de fastidiar a los demás y ahora decides amargarle el día al lago?"

Ella ni siquiera giró la cabeza para mirarme. Nada. Como si no existiera. Y eso... me molestó más de lo que debería.

"¿Qué pasa?" insistí, cruzándome de brazos mientras me recargaba contra el marco de la ventana. Mis ojos la observaban con detenimiento, buscando cualquier indicio de la típica chispa que siempre tenía. Pero no la encontré.

Finalmente, suspiró y levantó la cabeza para mirarme. Sus ojos brillaban con una tristeza que, por alguna razón, me hizo sentir incómodo.

"Nada, Nott. No estoy de humor para tus tonterías hoy."

"Hoy." Esa palabra resonó en mi cabeza. Fruncí el ceño, intentando conectar los puntos. Luego recordé. Cómo olvidarlo.

"Es tu cumpleaños, ¿verdad?" pregunté, fingiendo desinterés mientras mantenía mi tono usualmente despreocupado. Pero en realidad, mi corazón latía un poco más rápido.

Su reacción fue inmediata. Sus ojos se abrieron ligeramente, y su rostro mostró una mezcla de sorpresa y desconfianza.

"¿Cómo lo sabes?" preguntó, frunciendo el ceño.

Me encogí de hombros, jugando con el dobladillo de mi túnica. "Es difícil no saberlo cuando nuestras familias llevan años compitiendo por cualquier excusa insignificante. Créeme, tus padres lo mencionan más de lo que imaginas."

Ella dejó escapar una risa amarga, bajando la mirada de nuevo. "Increíble... hasta el hijo de mis enemigos recuerda mi cumpleaños, pero mis amigos no."

Había algo en su voz que me golpeó. Esa vulnerabilidad tan opuesta a la imagen que siempre proyectaba. Por un instante, no supe qué decir.

"Quizá ellos son unos idiotas, pero eso no tiene nada que ver contigo."

Ella levantó la mirada, claramente sorprendida por mis palabras. Yo mismo lo estaba, pero ya había hablado, así que decidí continuar.

"Mira, T/n, no sé por qué te importa tanto. Si tus "amigos" no pueden recordar algo tan simple como el día en que naciste, tal vez no merecen ese título."

Slytherin boy's reactDonde viven las historias. Descúbrelo ahora