Slytherin boy's react

Profesor Tom Riddle

(Su perspectiva)

(Daddy issues)

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El aula se vaciaba lentamente, las sillas crujían mientras los estudiantes recogían sus libros, charlando en voz baja. Mi mirada se deslizó hacia ella. T/n era un enigma fascinante, alguien que, aunque no lo supiera, se había convertido en un experimento intrigante para mí. Había estudiado cada uno de sus movimientos, sus expresiones y, sobre todo, sus debilidades. Era mi especialidad: diseccionar mentes, desarmarlas, y T/n no era la excepción.

Esperé hasta que todos se fueran. Mi voz, controlada y precisa, cortó el murmullo del aula.

"T/n, quédate un momento. Necesitamos hablar sobre tu último trabajo."

Ella se detuvo, ajustando nerviosamente su capa, y su mirada titubeó entre el escritorio y mis ojos. Había algo delicioso en su incomodidad, en la forma en que intentaba parecer indiferente cuando estaba claro que la tensión la afectaba.

Cuando el último estudiante salió y la puerta se cerró con un suave clic, avancé lentamente hacia el escritorio, manteniéndome cerca, pero no demasiado.

"Tu trabajo, aunque aceptable, carece de profundidad en ciertas partes."

Dejé que mis palabras flotaran en el aire, observando cómo su postura cambiaba ligeramente. Estaba buscando la forma de complacer, como siempre.

Ella respondió algo, no presté mucha atención. Mi interés real no estaba en sus palabras. Me moví a su lado, dejando que el silencio llenara el espacio entre nosotros, suficiente para que sintiera el peso de mi presencia.

"Dime, T/n, ¿por qué siempre buscas la perfección?" mi tono era bajo, casi un susurro, cargado de algo que sabía que ella no podía ignorar.

La vi tragar saliva, confundida y nerviosa. La tensión era palpable, un hilo invisible que nos unía. Me incliné ligeramente hacia ella, no lo suficiente para invadir su espacio, pero lo justo para que sintiera el calor de mi proximidad.

"¿Es por alguien?" Continué, dejando caer la pregunta con un matiz de curiosidad artificial. Sabía la respuesta, claro que sí. Había analizado su historia, entendido sus inseguridades, y ahora las estaba moldeando a mi favor.

Ella negó rápidamente, pero la vacilación en sus palabras me hizo sonreír internamente. Me acerqué un paso más, apoyando una mano en el escritorio a su lado, encerrándola sin tocarla.

"No mientas, T/n. No eres buena en eso."

Sus ojos se alzaron hacia los míos, y pude ver cómo luchaba por mantener la compostura. Había algo intoxicante en su fragilidad, en cómo mis palabras podían desarmarla con tanta facilidad.

Levanté una mano, dejando que mis dedos rozaran ligeramente un mechón de su cabello antes de apartarlo de su rostro. Un gesto calculado, íntimo, pero lo suficientemente ambiguo como para dejarla insegura.

"Eres... interesante." Mis palabras eran suaves, pero mi mirada la mantenía atrapada. No había necesidad de apresurarme; disfrutaría cada momento.

Me acerqué un poco más, ahora lo suficiente para que nuestras respiraciones se mezclaran. Sentí cómo su tensión aumentaba, cómo sus manos buscaban algo a lo que aferrarse.

"¿Por qué te pones tan nerviosa?" susurré, una combinación perfecta de curiosidad y desafío.

Antes de que pudiera responder, mi mano se deslizó hasta su cuello, no para apretarlo, sino para sostenerlo con firmeza, obligándola a levantar la mirada hacia mí. Mi pulgar rozó su mandíbula mientras mis ojos estudiaban cada matiz de su expresión.