Encantamientos | R.B

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(Enemigos académicos)

(Su perspectiva)

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La varita de T/n se alzó demasiado rápido. Lo supe en el instante en que la vi moverla con esa falta de precisión que siempre me irritaba. Y, por supuesto, el hechizo se desvió, impactándome directamente. El cosquilleo del hechizo recorrió mi costado y, aunque no fue más que una molestia leve, la irritación que me recorrió fue mucho más intensa.

Me giré lentamente, apretando la mandíbula. Sabía que ella me estaba mirando, probablemente esperando una reacción. Cuando nuestras miradas se encontraron, le lancé una mirada fría, la clase de mirada que cualquier persona con un mínimo de sentido común evitaría. Pero T/n no es cualquier persona. No retrocede, nunca lo hace. De hecho, podía sentir su mirada desafiante sobre mí, como si aquello fuera un reto.

La clase de Encantamientos continuó, pero mis pensamientos ya no estaban en los hechizos que Flitwick enseñaba. En lugar de eso, mi mente bullía con la idea de enfrentarla. ¿Cómo era posible que fuera tan descuidada? En Slytherin, la precisión y el control lo eran todo. Y ella acababa de demostrar que le faltaba ambos. Una Slytherin que no controlaba su magia... ridículo.

Cuando la clase terminó, la oportunidad se presentó. Ella recogía sus cosas, fingiendo que no había ocurrido nada. No. No dejaría que esto pasara desapercibido. Me acerqué a ella con pasos calculados, mi varita aún en la mano, aunque no pretendía usarla. Todavía no.

"¿Siempre eres tan descuidada o solo cuando intentas impresionar?" Mis palabras salieron frías, cargadas de una provocación intencionada.

T/n se giró hacia mí, sus ojos chispeantes de una rabia contenida que me sorprendió un poco. Me acerqué más, lo suficiente como para que el aire entre nosotros se volviera denso, pesado.

"Tal vez deberías replantearte si perteneces a Slytherin. Parece que el control no es lo tuyo."

Una sonrisa sarcástica tironeó de la comisura de sus labios.

"¿Eso es lo mejor que tienes, Black? ¿Insultarme por un simple accidente?" Sus palabras eran afiladas, pero su tono me irritó aún más, como si todo esto fuera insignificante para ella.

"Accidente o no," susurré, inclinándome ligeramente hacia ella, "es una muestra patética de falta de control." La tensión en el aire solo aumentaba. ¿Cómo era posible que alguien pudiera desquiciarme tanto?

"Hablas de control, como si lo tuvieras todo resuelto," replicó ella, cruzando los brazos y alzando la barbilla con ese desafío que me desconcertaba y, de alguna forma, me atraía al mismo tiempo.

"Pero ¿quién es el que está tan molesto por algo tan pequeño? Quizá el que necesita control aquí eres tú."

Sentí cómo mi pulso se aceleraba, pero no por rabia. Había algo más en sus palabras, algo que removía un sentimiento que no podía permitirme reconocer. Nos encontrábamos cada vez más cerca, sus palabras y las mías chocaban, pero no éramos solo nosotros. El aire entre nosotros vibraba con una mezcla de hostilidad y... algo que no quería admitir. Algo que me irritaba más de lo que sus hechizos fallidos jamás lo harían.

"Ten cuidado, T/n," murmuré, mi voz más baja de lo que pretendía, cargada de un tono que ni siquiera yo comprendía del todo. "No querrás desafiar a alguien que sabe exactamente cómo manejarte."

Sus ojos se entrecerraron ligeramente, y vi el destello en su mirada, esa chispa de rabia que provocaba mis palabras. Pero también había algo más. Sus labios se abrieron, y podía ver la respuesta ácida formándose en su mente.

"¿Manejarme? No tienes ni la menor idea de quién soy," replicó, su voz era un susurro, pero lo suficientemente fuerte como para alcanzarme. "Y lo último que harías sería manejarme, Regulus."

Las palabras se quedaron en el aire entre nosotros, llenas de significado, de desafío. Estábamos tan cerca que podía sentir el calor de su cuerpo, y mi respiración se hizo más profunda, intentando mantener el control que siempre me había definido. Pero ella... ella tenía una habilidad frustrante para hacerme perderlo.

"¿Estás segura?" La pregunta salió en un tono suave, pero lleno de una intensidad que ni yo mismo esperaba. Di un paso más, lo suficiente como para sentir que apenas había espacio entre nosotros.

La cercanía era peligrosa, no solo por lo que significaba en términos de desafío. Había algo más en juego, algo que no estaba dispuesto a admitir. Mi mano, por voluntad propia, se movió hacia ella, casi rozando su brazo.

Sus labios temblaron ligeramente, y por un breve segundo pensé que retrocedería. Pero, para mi sorpresa —y tal vez para mi condena—, no lo hizo. Se mantuvo firme. Sentí su respiración acelerarse, el calor entre nosotros creciendo a medida que el silencio se hacía más profundo, más cargado.

"Deberías tener más cuidado, Regulus," susurró, sus ojos conectando con los míos de una manera que hizo que mi corazón diera un vuelco. "No estás jugando con fuego... estás jugando conmigo."

Mi respiración se detuvo por un instante. Aquellas palabras... Había verdad en ellas. Demasiada.

Antes de poder procesarlo, el roce fue inevitable. Mis dedos, que estaban apenas suspendidos cerca de su brazo, la rozaron suavemente, con una electricidad que encendió algo en mí. Algo que había tratado de ignorar durante mucho tiempo. Ella no se movió, no retrocedió. Solo me miró, con esos ojos llenos de desafío y algo más, algo que finalmente entendí. Algo que reconocí en mí mismo.

Con un último movimiento, acorté la distancia entre nosotros, mi rostro peligrosamente cerca del suyo.

"Te advertí que no era buena idea desafiarme," murmuré, mi aliento rozando su piel.

Su respuesta fue inmediata, sus labios apenas separándose para hablar. "Y yo te advertí que no tienes ni idea de quién soy."

El mundo pareció detenerse por un segundo, y sin que ninguno de los dos retrocediera, esa tensión no confesada explotó en el aire, dejándonos ahí, atrapados en la emoción reprimida, en la intensidad de lo que no estábamos dispuestos a admitir.

Pero ambos lo sabíamos.

Algo en esa tensión se rompió, y aunque no fue en un beso, nuestras miradas quedaron entrelazadas de una forma que hacía imposible negar lo evidente.

"Esto no ha terminado, T/n," murmuré, alejándome finalmente, aunque mi cuerpo aún vibraba con la cercanía.

"Lo sé," fue su respuesta, una mezcla de desafío y aceptación que hizo que algo en mí se tensara aún más.

Y mientras me alejaba, supe que ese no sería el último enfrentamiento.

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Simplemente, Regulus Black...

¿Qué momento les gustó más del escenario?

Con mucho amor y cariño,

Slythgirl <3

Slytherin boy's reactDonde viven las historias. Descúbrelo ahora