~IT'S YOU~ DRACO MALFOY

~ 89 ~

Violet Grindelwald

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Hola octubre, primer día del mes, después de clases me dirigí a mi habitación para cambiarme rápido e irme a París, no se cuál es la situación por la que mi padre me quiera ver, pero bueno, espero sea interesante.

Me cambie rapidísimo, tuve que ponerme ropa negra para no llamar mucho la atención, seguía en mis cosas cuándo abrieron la puerta de mi habitación, giré rápidamente y era Draco, atrás de él venían Regulus y Pansy.

- Draco nos contó que vas a París con tu padre - comentó con respiración agitada pansy

- Si, quiere hablar conmigo de un tema importante - comenté guardando mi varita

- ¿Ya sabrá lo de tu embarazo? - preguntó regulus asustado

- No lo sé, yo creo que no, pero hoy mismo le voy a decir - comenté, me puse mi abrigo negro

- ¡Mis nervios no soportan la tensión! - dijo regulus nervioso

- Cálmate regulus, sólo tú eres el único que se pone así - comentó Draco rodeando los ojos

- Bueno ya.. Calmense, ya me tengo que ir - dije cruzando mis brazos

Pansy miró amenazadamente a Regulus y Draco. Se habían acercado hacía mi.

- Ten cuidado linda - dijo draco agarrando mi mano

- Lo tendré Draco - dije sonriendo apretadamente

- Ten precaución Vi - pansy comentó, asentí

- Ten cuidado, y si me puedes traer unos macarrons te lo agradecería - regulus comentó, draco y pansy lo miraron como un bicho raro, solté una risa.

- Descuiden, volvere en la noche - dije y los tres asintieron

Agarre la carta que me había mandado mi padre, me puse en el centro de la habitación, me concentre, miré rapidamente a Draco, me sonrío, le devolví la sonrisa, cerre los ojos para volver a concentrarme, abrí los ojos y desaparecí, París aquí voy.

Había llegado a París, todo esta tranquilo por ahora, el ministerio frances andan en busca de mi padre, mi padre sabe que es un peligro que él este aquí, pero sólo una razón me pidío que viniera en urgencia a verlo.

Corría por las calles empedradas de París, con la carta arrugada en mi mano temblorosa. Las palabras "Me urge hablar contigo" resonaban en mi mente mientras esquivaba a los transeúntes. El corazón me latía con fuerza, temiendo lo peor y esperando lo mejor. La luz del atardecer envolvía la ciudad, pero para mi, todo parecía oscurecerse con cada paso que daba hacia lo desconocido. Finalmente, llegue a la dirección indicada, el lugar favorito cuándo mi padre se quiere alejar de todos, me sentía con el alma en vilo y la respiración entrecortada. ¿Qué será lo que me espera al cruzar esa puerta?

Respire hondo y levante la mano para tocar la puerta. Mis nudillos apenas rozaron la madera cuando esta se abrió lentamente, emitiendo un leve chirrido. Al otro lado, una mujer alta, con cabello recogido en un moño severo, me miraba con ojos oscuros y escrutadores.

- ¿Eres tú, Violet? - preguntó la mujer con voz áspera, como si cada palabra cargara un peso invisible.

Asentí, me sentía incapaz de hablar. Mi mente bullía de preguntas, pero ninguna lograba abrirse paso a mis labios.

- Pasa. Hay algo que debes saber.

Con el corazón en la garganta, cruze el umbral. La casa estaba sumida en penumbra, iluminada solo por un par de lámparas que proyectaban sombras alargadas en las paredes. Justo así la recuerdo. La mujer me guió hasta una nueva sala pequeña, donde mi padre se encontraba sentado en el sillón con la cara agotada.