~IT'S YOU~ DRACO MALFOY

~ 113 ~

Pansy Parkinson

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Los días pasaban cada vez más rápido, y con la llegada del bebé, cada vez es más cerca. Ya no era solo una idea en nuestras mentes; era algo real, algo inminente. Cada mañana, al ver a Violet, notaba cómo su pancita bajaba más, señal de que el bebé estaba acomodándose para llegar al mundo en cualquier momento.

A pesar de todo, Violet trata de seguir con su rutina normal, aunque Draco, Regulus y yo la vigilamos como halcones. Draco, en especial, no la dejaba sola ni un instante, lo que en ocasiones medivertía y en otras exageraba.

- Si sigues pegado a ella como su sombra, Draco, la vas a asustar - comenté sonriendo

Draco frunció el ceño, claramente sin humor para mis comentarios.

- No estoy pegado a ella, solo me aseguro de que esté bien.

- Déjalo, Pansy - intervino Violet con una sonrisa cansada -. No hay poder en el mundo que convenza a Draco Malfoy de relajarse cuando se trata de mí y el bebé.

Regulus, que esta sentado junto a mi con un libro en una mano, y en la otra esta en mi cintura, miró a Draco con una sonrisa burlona.

- Bueno, tampoco es que le falten razones para estar alerta. Todos sabemos que este castillo es un imán para los problemas.

Me recosté en el sillón, dejando caer mi cabeza en el hombro de mi novio.

- Solo digo que deberíamos aprovechar estos días para distraernos un poco. No todo tiene que ser tensión y estrés - comenté

Violet suspiró, apoyando una mano en su vientre.

- Me gustaría poder distraerme, pero cada vez que me miro al espejo, recuerdo que me queda poco tiempo antes de que mi vida cambie por completo.

Sentí un nudo en el pecho al escucharla. Sabía que Violet estaba emocionada por la llegada del bebé, pero también entendía que tenía miedo. Toda su vida había sido tranquila, pero ahora esta de secretos y de batallas. Ahora, estaba a punto de convertirse en madre en medio de todo ese caos.

Me acerque a ella y le tome la mano con suavidad.

- No estás sola en esto, Vi. Te tenemos a ti y al bebé - dije sonriendo

Violet me sonrió con gratitud, y Draco le dio un leve apretón en su mano, como si con ese simple gesto pudiera transmitirle toda la seguridad del mundo.

Me recargue nuevamente en Regulus, sintiéndome tranquila por primera vez en días. Estamos juntos, y mientras eso siguiera siendo así, tal vez todo estaría bien.

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Los días continuaban pasando con rapidez, y con cada amanecer, la preocupación crecía. Notaba cómo Violet se movía con más dificultad, cómo su respiración se volvía más pesada después de cada caminata por los pasillos del castillo. Ya no podía ignorar que, en cualquier momento, el bebé llegaría.

Regulus y yo estábamos sentados en la sala común cuando Violet bajó por las escaleras con una expresión de cansancio. Draco la seguía de cerca, atento a cada uno de sus movimientos.

- ¿Otra vez te duele la espalda? - pregunté, notando la forma en la que Violet se llevaba la mano a la parte baja de su espalda.

- Un poco, pero es normal, ¿no? Ya estoy en las últimas semanas - respondió Violet con una sonrisa cansada antes de sentarse con un suspiro.

Draco le lanzó a Violet una mirada de preocupación.

- Si te sientes mal, podemos ir a la enfermería - dijo Draco sentándose a su lado