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ARODMY.

Podrán juzgar mis métodos pero no mis resultados, ¿tengo problemas mentales?, creo que si.

Veo a Loliery quien no para de mover su pierna izquierda.

-Loliery tranquila le harás un hoyo al carro- le dije.

Deja de hacer dicho movimiento sin embargo sigue ignorandome. Se que estoy mal muy mal, pero su actitud simplemente me provocan ganas de tomarla, azotarla y follarla hasta que vuelva al hospital, dicho pensamiento logra hacer que mi polla despierte, llevo una de mis manos por inercia y le brindo un apretón.

-La pelirroja si que lo tiene mal señor- suelta de repente.

Dicho comentario solo provoca que mis ganas de matar a Ángela se hagan más y más grande. Pero Loliery quiere jugar, ama molestarme así que jugaremos un rato, quien lleva se aguanta.

-En efecto la pelirroja me tiene muy mal-digo en doble sentido.

Si me tiene mal pero mal por querer atarla en una silla y cortarle la lengua, ver como su cuello se empapa de su propia sangre, mal por querer que se desmaye del dolor y al despertar hacerla tragar cada gotita de su sucia sangre, rebanar dedo por dedo, y dárselo de comer a mi Bulldog mientras ella observa. Pero más mal me ponía al imaginar a mi mujer rebanarle el cuello llenado sus delicadas manos de sangre.

-De tente- la voz de mi mujer me hizo volver en mi.

La observe con horror al ver su pequeña mano en la manija de la puerta.

-Loliery suelta eso ahora mismo- ordené.

-Detén el auto o me lanzó - amenazó.

¿Con qué clase de psicópata me metí?

-Loliery- advierto.

-Quédate con tu puta cabeza de fósforo- y acto seguido su pequeño cuerpo salió rodando.

¡Esta loca!.

Joder si habían probabilidades de embarazo con esta caída dudo mucho que tengamos a nuestro hijo en unos meses. Detengo el auto, gracias al cielo iba lento.

Loliery ya se encontraba de pie limpiando el polvo de su cuerpo.

-¡Eres una psicópata!- gritó una vez llego a donde esta ella.

-Lo dice el idiota que le disparó a su propio padre frente a su amante e hijo.

Sus palabras me queman, queman y duele. Quiero hablar y pedirle perdón, quiero decir algo pero no quiero seguir cagandola.

-Sube al auto- intento ser amable.

-Vete a la m i e r d a- dice empezando a caminar en dirección contraria.

Juro que intente ser bueno. Loliery es pequeña cinco pasos de ella eran dos míos por lo cual no fue difícil alcanzarla, la tomé de la cintura y la subí a mis hombros.

-Sueltame maldito traidor, mentiroso, prostituto, pito chico, abandona niños, mujeriego, otra vez mentiroso y maldito y prostituto- soltó tantos insultos como podía.

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