17. Caos

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Si el más talentoso pintor abstracto hubiese hecho su mayor esfuerzo para representar el más absoluto caos, no habría logrado acercarse siquiera al lugar donde se encontraba Alessandra. Era como estar en medio del oscuro vacío cósmico, pero con una agitación tremenda, con «estrellas» que crecían y decrecían en vibrantes parpadeos a la distancia, y extrañas figuras distorsionadas semejantes a nubes vivientes apareciendo y desapareciendo, impactando entre ellas, mezclándose, revoloteando en aquella especie de dimensión extraña, algunas proyectaban luces y otras parecían rodeadas de sombras.

Alessandra estaba anonadada ante aquel espectáculo visual. A medida que prestaba más atención, encontraba muchos más elementos, como textos flotantes en diversos estilos y colores de letra, algunos meros garabatos parecidos a códigos extraños, pero otros formaban frases coherentes. Una de ellas se quedó estática por unos segundos frente a ella; pudo leer el texto con claridad.


¿Y si todo lo que percibimos como realidad fuese un mero paso previo a la verdad, a eso que realmente somos?


Si ese lugar extraño en el que se encontraba tenía consciencia y era capaz de comunicarse con ella, sin dudas había logrado transmitirle un mensaje que no se le olvidaría, por mucho que en ese momento no lo comprendiera.

—¿Qué es todo esto? —dijo Alessa, en parte a quien pudiese escucharla, en parte para sí misma.

—Bienvenida, Alessandra —dijo la voz inconfundiblemente cínica de Pyrea, justo antes de que su figura llameante se materializase frente a ella—. Hemos llegado nada menos que al lóbulo temporal de Marko, aunque debo confesar que no me imaginaba que se hallase en este estado.

—¿Qué quieres decir con eso? —dijo ella, mirando a Pyrea incrédula—. Quiero decir, se supone que el temporal es el centro de almacenamiento de las creencias, de las ideas más arraigadas de una persona, pero una cosa es lo que dicen los libros y otra muy distinta es ver esto.

—Ten en cuenta que no estamos en la dimensión física. Al entrar en la mente de alguien, todo lo que verás y sientes es energía pura, es la mente vista desde una dimensión espiritual.

—Es decir, que esto es lo que ves normalmente cuando estás dentro de mi mente —dijo la chica mirando las diversas formas luminosas sobre ella.

—No en este estado, pero sí.

—¿Qué es lo que está sucediendo aquí?

El espectro señaló hacia arriba, a las nubes luminosas que se arremolinaban en las alturas.

—Lo que ves, Alessandra, es una mente confundida, en proceso de asimilación. Hay algo que Marko está intentando internalizar, pero parece ser demasiado para procesarlo con facilidad, este caos imperante se debe a ello. Justo ahora, Marko no sabe en qué creer —sentenció Pyrea, mirando hacia las criaturas en forma de nube, ahora dispersándose por todo el espacio disponible.

—¿Para qué vinimos aquí, Pyrea? —dijo Alessa, claramente confundida.

—No puedo controlarlo todo, Alessandra. Lo que hice fue generar un gran estallido de energía dentro del subconsciente, eso llama la atención de los pulsos nerviosos y ellos abren canales hacia las regiones más activas del cerebro. En este caso, le tocó al lóbulo temporal —dijo la mujer de fuego antes de ver hacia arriba una vez más—. Parece que Marko está recibiendo gran cantidad de información, y parte de ella está siendo procesada como una creencia o como ideas propias.

—¿Qué estás viendo, Marko? ¿Qué te está mostrando Richard? —dijo Alessa, con cierta angustia en su voz. En el fondo le frustraba sentir a Marko tan cerca pero tan lejos.

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