Capítulo 25

149 16 5
                                    

Después de haber disfrutado un largo rato en el parque, habíamos decidido ir al centro de la ciudad. La verdad es que allí todo era hermoso y tranquilo.

Después de manejar treinta minutos ya estábamos caminando por el lugar, donde habían muchos turistas.

Jalé a Darwin a un pequeño puesto de comida; cuando estaba pequeña mi madre me traía mucho aquí y, la verdad es que hacen los mejores  platillos de restaurantes caros,no cualquiera podría pagar.

–¿Qué hay aquí? —preguntó algo desconcertado observando el lugar detalladamente.

–Solo prometeme que aprovaras todo lo que te pida, ¿vale?

–Vale.

Ordenamos una mesa, en cinco minutos ya nos atendían, pedí de entrada algunos platillos.

–¿Alanna? —dejo la rica lasaña a un lado.

–¿Si? —dije mirándole.

–Estás segura de todo esto ¿verdad? —dijo algo inseguro. Yo solo pensaba en, ¿cómo él puede llegar a pensar lo contrario? Con seguridad tomé su mano.

–Mi amor, yo estoy segura de esto pase lo que pase, yo te amo y quiero pasar el resto de mis días junto a ti. —le dije con toda la sinceridad del mundo. Lo amaba, mucho, cada minuto más. Este de inmediato se suavizó.

Al terminar en aquél lugar volvimos afuera a caminar un rato, hacía mucho que no pasaba un momento así con él.

–Ahora te pregunto, ¿te ha gustado todo? —le sonreí.

–¿Cómo no gustarme? —me miró con picardía. Sin importarme nada me acerqué y lo besé, lo necesitaba.

Al haber caminado y hablado tanto nos olvidamos por completo del tiempo, yo con un poco de inseguridad miro la hora, once treinta, por lo menos no estaba tan tarde como pensaba.

–Creo que ya debo llevarte a tu casa mi amor, no quiero que tu mamá llegue a matarme. —dijo sarcásticamente gracioso, de inmediato me eche a reír.

Al ya estar frente a la casa ni siquiera quería salir del auto, quería quedarme toda la noche a su lado, sentir su calor, sentir su tacto...

–¿Alanna? —me sacó de mis pensamientos mientras acariciaba mi pierna. Si seguía mandaría todo al diablo esta noche solo para quedarme con él.

–Claro, claro... Te hablo mañana ¿si? —dije antes de depositar un corto beso en sus labios.

–De acuerdo, te amo. —dijo mientras ponía un mechón rebelde tras mi oreja.

Cuatro días, cuatro días era lo que me quedaba para irme, la verdad es que ya quiero terminar la universidad, hacer mi vida y esas demás cosas que nunca pensé que haría y, ahora que lo pienso la vida no es tan mala después de todo, a veces se piensa que el mundo se nos está desboronando encima, aunque se vea así, no lo es, pienso que sólo nos quiere enseñar a enfrentarnos a cualquier situación sin importar que, a luchar por la felicidad que queremos tener...

Knock knock

El toque de la puerta hizo que se fuera toda esa inspiración. Respire lo más profundo que pude.

–Pasa mamá. —me levanté y comencé a ordenar mi habitación.

–Cariño tenemos que comenzar a comprar las cosas para la boda, ¿no crees? —dijo entusiasmada. A veces pienso que ella está más feliz que yo sobre esto.

–No hay problema, dejame y me cambio. —asintió y cerro la puerta al salir.

Ya estaba totalmente lista y decente para ir adonde sea que se compraban esas cosas. Para ser sincera no soy nada buena en estas cosas.

Querido Profesor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora