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Entender las dos caras de la historia.

Ver el sentimiento de ambos lados de la red puede parecer sencillo, lo difícil es comprenderlo. La alegría y euforia del equipo vencedor que festeja con jubiló y ríe hasta perder el aliento sin duda llega contagiarte como espectador a sentir la misma alegría en el estómago, pero todo desaparece cuando posas tu vista al otro extremo de la red, en un rincón apartado con los hombros caídos y el rostro en el suelo se encuentran aquellos que fueron derrotados a pesar de darlo todo en la cancha y con el mismo afán que su rival, sin embargo no lograron llegar tan lejos y el resultado se vuelve una mirada cansada y derrotada que no se borrara con facilidad.

A pesar de qué Oikawa había descubierto la dirección del último remate decisivo de Hinata los bloqueadores de alguna forma habían logrado desviar la dirección haciendo que al recibir el balón se desviara fuera del juego y fallara dejándonos con un marcador final de 26 a 24 a nuestro favor.

Habíamos ganado contra el Aoba Johsai.

Ahora la mayoría se había dispersado juego afuera dejándo el lugar algo silencioso. Recogía mi mochila junto a Tsukishima con los chicos fuera esperando el autobús mientras las voces de Kageyama y Hinata se acercaban, del otro lado los compañeros de la Academia de Elina salían apresurados del lugar junto a su entrenador pero ella no aparecía por ningún lado.

—Debo aceptarlo, el gran rey es increíble —Hinata parecía reconocer las grandes hazañas de Oikawa pero detrás de él Kageyama permanecía inexpresivos ante el comentario

—Oigan chicos.. —Aún los llamaba cuando de repente Oikawa junto a Iwaizumi salieron de la sección de juego cargando sus mochilas.

Los cuatro nos quedamos callados observando con sigilo cómo se alejaban a la salida tratándo de contener el sufrimiento en su interior, Iwaizumi parecía el más afectado, sus mejillas y ojos parecían rojas y sus manos temblaban a medida que se alejaba, por su lado Oikawa estaba serio e impasible, los nudillos se esforzaban por presionarse en su carga evitando rematar con algo cercano a él.

—Bien, es hora de irnos —ordené

En el momento en qué tomamos nuestras cosas del suelo las puertas principales del gimnasio se abren con fuerza llamando nuestra atención, mis ojos se abren con asombro al ver a Elina con una mirada cansada y el pecho exaltado entrando al lugar, no puedo verla con claridad pero su mirada relajada y esa sonrisa de lado que muestra se va desvaneciendo al notar el acercamiento de sus dos amigos, erguida en su lugar se detiene esperando qué los chicos lleguen a ella, tan pronto lo hacen el silencio los inunda, Elina posa su mano en la mejilla de Iwaizumi antes de qué este caiga rendido en su hombro empezando a sollozar con fuerza, con eso, lo toma en sus brazos retrocediendo ante el peso de su amigo pero logrando sostenerlo, a un lado Oikawa desvía la mirada sorprendiéndose cuándo Elina toma su mentón con la mano libre permitiéndole acercarse, él más paciblemente se deja caer en su hombro libre respirando con fuerza.

Ambos chicos están sobre ella permitiéndose ser consolados con palmaditas en la espalda, lentamente sus manos pasan a sus cabezas jugando con el cabello de ambos en un silencio qué solo los sollozos de Iwaizumi pueden romper. Volteó a ver a los chicos espectando la escena con la misma perplejidad que yo, Kageyama y Hinata trataban de no concentrarse en ellos y luego estaba Tsukishima quien miraba de reojo y con recelo. No pasó mucho tiempo cuando dos jugadores del Aoba Johsai entraron en su búsqueda, Iwaizumi fue el primero en retirarse palmeando el hombro de Elina evitando mirarla a los ojos, tragué grueso al observar como Oikawa tomó las mejillas de Elina cuando estuvieron solos, ambos intercambiaron un par de palabras mientras Elina bajaba el agarre a sus hombros culminando con algo que logró hacer retroceder a Oikawa casi de inmediato, un último suspiro salió de sus labios desviando la mirada antes de seguir los pasos de su amigo.

"LA APUESTA" (Haikyuu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora