Bajo la Sombra de la Moneda

Epílogo

Michael acaba de salir del tribunal, después de esa sesión parecía ser que él iba a ganar el caso, pero de todas formas no podía cantar victoria. Fue a la sala de espera y se sirvió del café gratis que ofrecían. En ese mismo momento su teléfono empezó a sonar, sin embargo decidió no contestar hasta que terminara el café. El número desconocido fue tan intenso que tuvo que dejar su vaso de café y sacó el teléfono de su maletín.

-¿Diga?- contestó molesto.

-Señor Howard, soy la directora del Kinder Valley, la escuela de su hija.- respondió una voz femenina al otro lado de la línea.

Michael frunció el ceño. No era común recibir llamadas de la escuela, y mucho menos en medio de su jornada laboral.

–¿Sucede algo?- preguntó, esforzándose por mantener la calma mientras una sensación de inquietud comenzaba a instalarse en su pecho.

–Necesitamos que venga lo antes posible. Es sobre su hija, Emily. Ha habido... un incidente.

El mundo alrededor de Michael pareció detenerse. Su hija tenía apenas cinco años. ¿Qué clase de incidente podía involucrarla a esa edad? Por un momento pensó en todo lo que podría haber pasado. ¿Se había lastimado? ¿Había alguien más involucrado? Pero la palabra resonaba en su cabeza: "incidente". Eso no sonaba a un simple accidente infantil.

-¿Se metió en problemas?- logró preguntar, aunque la idea le resultaba absurda. Emily era una niña dulce, tímida incluso, siempre obediente.

-Preferiría hablar en persona.- respondió la directora, sin dar más detalles.- ¿Podría venir ahora?

Michael se frotó la sien, sintiendo la presión acumulada del día. Estaba en medio del caso más importante de su carrera, pero nada podía ser más importante que su hija.

–Estaré ahí en veinte minutos.- dijo, terminando la llamada antes de que la directora pudiera responder.

Guardó el teléfono en el maletín, pero su mente ya no estaba en el caso que acababa de dejar atrás. Ahora solo podía pensar en Emily, y en lo que lo aguardaba en esa escuela.

Le dio igual salir rápido del trabajo, el caso justo había terminado y sinceramente no tenía ganas de despedirse de su cliente y colegas. Fue al estacionamiento y encendió el coche lo antes posible. Fue tanta su prisa que ni siquiera le avisó a Noah lo que había ocurrido, ya habría tiempo para eso después.

Después de casi manejar como un maniático por todas las calles, Michael llegó al kinder de su hija con el corazón en las manos. La directora lo estaba esperando pacientemente en la entrada, lo recibió con una sonrisa triste y justamente en ese momento, Michael sintió que iba a morir. Caminaron hasta su oficina y lo único que él podía hacer era buscar a su hija por todos los pasillos.

-Tome asiento, Señor Howard, muchas gracias por venir.- dijo la directora de una forma muy serena.- Su hija Emily es muy atenta, siempre hace sus tareas de forma perfecta y es simpática y se lleva bien con sus compañeros.- Michael sentía que por fin podía respirar.- Sin embargo, hay algo que nos ha estado perturbando últimamente, y tenemos que tomar cartas en el asunto.- el castaño sintió un escalofrío, no tenía ni la menor idea de lo que podría ser, solo esperaba que no fuera nada malo.

-¿Hay algo en lo que debería preocuparme, directora?- la mujer hizo una mueca de pena.

-Sabemos que los duelos son duros, y justo por eso las personas deciden cómo afrontarlos de formas que mejor se ajusten.- la directora suspiro pesadamente, pensando cuáles serian las siguientes palabras.- Las maestras me han reportado que últimamente, Emily ha estado hablando de la tumba de su papi, dice que la suele visitar con regularidad con su padre, y eso ha estado perturbando a sus compañeros.- la mujer enroscaba sus dedos entre ellos nerviosamente.- Primero que nada quisiera darle mis más sinceras condolencias, entiendo lo que es tener una perdida, en especial de alguien tan querido como su esposo. Quiero que sepa que el Kinder le proporcionará totalmente apoyo cuando sea que usted y su hija lo necesiten.