Ángel de alas negras

24 3 0
                                    

MATTHEO RIDDLE

Escucharla proclamar con tanto desinterés que nuestra supuesta relación había acabado fue como ensartarme una daga en el pecho, me hirió el ego, y más que eso...

LO SÉ, no debería darle importancia a lo que fue una relación insignificante, o lo era, hasta hace una semana atrás cuando la empecé a ver de una manera distinta, ¿pero quien no?, ¿Berkshire babea por ella, Nott quiere recuperarla para tenerla comiendo de su mano y así sin más les comenta que nosotros "rompimos"?, como los vea cerca de ella les voy a dar un trancazo que no van a olvidar en su puta vida.

Pero... ¿porque?, si ella lo acabó todo.

Los últimos tres días fueron incómodos, primera vez que mi círculo social me hacía sentir tan presionado con insistir en que ella fuera parte de nosotros, Berkshire estuvo atento a Victoria, estudiaban juntos en la biblioteca y tuve uno que otro encuentro con Nott, deteniéndolo antes de que fuera tras ella. Esta maldita situación roía mis entrañas, no poder caminar con ella de la mano como solíamos hacerlo, limitarme a no espantar a los imbéciles que se insinuaban, no disfrutar de su risa... ¡QUE ME HAZ HECHO NIÑATA! ¡CARAJO!.

Otro dolor de cabeza era Daphne, desde que se corrió la voz que Victoria y yo habíamos acabado nuestra supuesta relación se vino sobre mí, la rechacé cuantas veces pude, sin contar a las demás chicas que me mandaban cartas o sonreían por los pasillos, no podía interesarme ninguna de ellas, la verdad es que desde que probé a Victoria ya nadie podría saciarme, estaba seguro, ella era un oasis y yo era el náufrago perdido en el desierto, sediento de ella.

-¿A qué hora comienza la fiesta?.- preguntó Draco interrumpiendo mi pensar.

-A las 11 de la noche.- respondió Regulus llevándose un pedazo de pollo a la boca, mientras cenábamos esperábamos la dichosa fiesta.

-¿Irás Riddle?.- me preguntó Blaise.

-No lo sé, me está dando un sueño de cojones.- respondí escondiendo mi estado anímico, claramente no tenía ganas de ir a ninguna parte.

-¿Dónde está Vic?.- preguntó Berkshire alertando mis sentidos, como detestaba que estuviera tan pendiente de ella.

-Debe de estar en su habitación.- murmuró Tom como siempre pegado a sus libros de mierda.

-¿No bajó a cenar?.- cuestionó Nott con el ceño fruncido, a este punto mi tenedor estaba tan sumido en la carne que sino fuera por el codazo de Draco ya habría roto la cerámica del pobre plato y quizá hasta destruido la mesa.

-No, me dijo que estaría arreglándose para la fiesta.- dijo Regulus. Con que asistiría a la maldita fiesta...

-¿Nos juntamos en la sala común a las 10:30 de la noche?.- preguntó Blaise levantándose de la mesa, supongo que iría a arreglarse para luego hacer el ridículo como siempre.

-Si.- contestó Tom, siempre tan expresivo mi hermanito...

Luego de unos 15 minutos todos nos levantamos de la mesa y nos fuimos hacia las mazmorras, tan rápido como entré a mi habitación me fui a duchar, busqué un atuendo y me dispuse a prepararme para la fiesta, si ella iba, yo también.

Escogí una camisa negra, pantalón de tela negros, zapatos negros, en conclusión, tengo algo con el negro, pero me queda de puta madre.
Dejé los primeros botones abiertos de la camisa, rocíe de uno de mis mejores perfumes sobre mi, adorné mi muñeca con un fino reloj y mis dedos con los anillos de siempre, sin más preámbulos abrí la puerta y me encaminé hacia la sala común.

Adictiva perdiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora