Obscuridad absoluta

Capitulo 2

Al escuchar la palabra volver recordé todo lo que había vivido en ese lugar.

La simple idea de volver me aterraba, no estaba listo para regresar a ese lugar, no estaba listo para volver a esa vida, no estaba listo para escapar de nuevo.

—Escúchame Masón, puedes quedarte aquí y jugar a la casita con tus hermanos pero mientras McCall esté del otro lado nadie te asegura que estés a salvo —amenazo molesto.

—De que hablas, ¿Cómo que del otro lado? —pregunté confundido.

—Cuando escapaste McCall enloqueció, empezó a hacer experimentos con los demás chicos, todos fallidos, todos muertos —contó con la voz cortada— el presidente lo expulso, eso lo hizo enojarse más, hace unos meses una bomba exploto en la base, mato a la mayoría de chicos y los pocos que quedaron fueron secuestrados.

—¿Para que me necesitas? —pregunté cansado.

—P0r que necesito a los mejores —explicó.

—Dirás a los que quedan —intervino mi hermano.

—Es un grupo especial —contestó inseguro.

—Y que gano yo —exclamé.

—Libertad para ti y para tus hermanos, sí haces esto prometo que cuando termine te desapareceré del sistema junto con tus hermanos —ofreció— además de la oportunidad de matar a McCall.

—Hecho —acepté sin pensarlo más.

—Espera Masón estas loco, es muy arriesgado, Grant dile algo —chillo mi hermana.

Él solo me miro y se cruzó de brazos, me miro, estaba enojado.

—Si se quiere ir que se vaya es su decisión —exclamó.

—Grant —le grito mi hermana en lo que él salía de la casa.

—Está bien Cloe, aún así voy a ir —asegure.

Ella suspiró frustrada.

—Tienes que prometerme que regresaras a casa —pidió cansada.

—Lo prometo —mentí.

—Anda ve —sonrió.

Abrase a mi hermana y me fui con Aiden, después de salir de la comunidad vi una camioneta negra junto con tres coches más.

Él se subió a la camioneta conmigo, habían tres chicos de mi edad o un poco más pequeños.

Uno de ellos era blanco con cabello negro, estaba con un cuchillo en la mano, afilando un palo, el otro era castaño claro, era más bien pálido y estaba mirando al piso como sí estuviera perdido, el último traía puesta una chamarra enorme que no me permitía verlo.

—Muy bien muchachos él es Masón uno de los últimos reclutas, Masón el es Bryce —señalo al chico con el cuchillo en Mano— estuvo con nosotros por casi seis años hasta que destruyo el sistema, se borró de la base de datos y escapo a los doce años.

—Escapé y vuelvo a este infierno, perfecto —se quejó él sin dejar de hacer lo que hacía.

—Él es Linden estuvo cuatro años con nosotros, luego una noche se borró del sistema y se llevo uno de los aviones, lo estrello en el mar y se le dio por muerto cuando tenía once —contó Aiden.

—Llámame Li —se presentó.

—Y él es Dalton, estuvo dos mese con nosotros, es uno de los más jóvenes aún no sabemos como escapo pero lo hizo, acaba de cumplir los doce —presentó.

Él solo se bajó la capucha, era un niño todavía, tenía los ojos castaños, él sólo sonrió.

—Bueno nos falta solo uno más así que pónganse cómodos —sonrío.

Nos tardamos en llegar, era una casa de madera pequeña, Aiden se bajó y un niño pequeño abrió la puerta y salió corriendo saltando en sus brazos.

Aiden entro  a la casa con él y unos minutos después venía hacía acá con una maleta y con el niño pequeño.

Mierda ahora metían a niños en esto.

—Muchachos el es Caleb mi hijo —preguntó orgulloso.