Capitulo 21

33 7 0
                                    

Sentía ese particular olor a desinfectante, un olor ya conocido y que a pesar de todo me gustaba.

—Masón —me llamó la voz de mi hermana— vamos hermanito despierta —pidió triste.

Trate de despertar pero me pesaban los ojos, trate de decir algo pero mis labios no me respondían y mi cuerpo no me hacía caso.

—Vamos Mai —rogó ella llorando.

Los días pasaban, podía escuchar todo.

Al parecer estaba en coma o eso dijo Carter, era difícil pensar en eso por qué me esforzaba, me esforzaba bastante por despertar.

Esa mañana mi hermano estaba a mi lado tomando mi mano.

—Idiota —exclamó— se suponía que despertaríamos los dos.

Él apretó mi mano ligeramente.

—Se pondrá bien —dijo mi hermana, supongo había entrado a la habitación.

—Y si no será mi culpa —exclamó él molesto.

—No te hagas esto de acuerdo, aún tienes que recuperarte —contestó ella triste.

—Y eso de que sirve —gritó abatido.

—Él aún está vivo Grant, por él lo tienes que hacer —explicó algo molesta.

—Es mejor que esté así —susurro.

Sus palabras me helaron.

—Medio muerto —gritó ella molesta.

—Tranquilo, sin luchar —explicó, empezaba a molestarme— a salvo.

—Vamos vuelve a tu habitación, no quiero que él escuche tus disparates —ordenó.

Escuche la silla de ruedas irse y sentí unos labios besar mi frente.

—Despierta antes de que lo mate —susurró ella en mi oído m.

Estuvo un rato más hasta que se fue, era aburrido estar así, no sabía como despertar.

Había intentado de todo, mover un dedo, abrir los ojo, lo que fuera pero era imposible.

Los chicos venían de vez en cuando para hablar conmigo, decían que me pondría bien excepto Cameron, el idiota solo gritaba.

Por la noche él se había quedado conmigo a "cuidarme" pero se había quedado dormido, como lo sabía pues no dejaba de roncar.

Era gracioso el estado en el que me encontraba, estaba consciente de lo que sucedía.

Parecía que no podía dormir pero no estaba cansado, el cuerpo me dolía, incluso sentía cuando introducían las agujas en mi piel.

—Amigo —exclamó él sacándome de mis pensamientos— mañana iremos a misión creemos saber dónde está McCall —contó él animado— prometo traértelo para que lo mates cuando despiertes.

Era lo más lindo que me había dicho en años.

—Pero tendrás que despertar —dijo él desanimado.

Por la mañana se fue, habían puesto música para animarme y no estaba tan mal al menos tenía que hacer.

Las horas pasaban y pasaban y ya no sabía que hacer, estaba desesperado.

Después de horas escuché las palabras de Tanner.

—¿Qué ocurre? —preguntó la irreconocible voz de Aiden.

—La misión se complicó —contó él con un nudo en la garganta.

—¿Muertos? —preguntó él sin una pizca de sentimientos.

Obscuridad absolutaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora