Capitulo 4

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Eran las tres de la mañana y todavía no nos llamaban, todos estábamos dormidos ya.

De repente Tanner entro a la habitación y prendió todas las luces, todos nos despertamos incluso Caleb.

—Despierten tenemos junta con el consejo —gritó.

—¿A esta hora? —preguntó Gabe tallándose los ojos.

—Si ahora muévanse —ordenó.

Todos nos tuvimos que levantar y seguir a Tanner a la puerta, el pobre de Caleb iba tambaleándose por el pasillo, lo cargue y se durmió enseguida.

Al llegar a una sala estaban algunos hombres de pie a todos nos pusieron en fila.

—Masón baja al soldado Caleb por favor —pidió Aiden.

Yo lo baje aunque él se quejó enseguida, se puso de pie en firme como un soldado no como un niño.

—Bien muchachos ustedes son lo único que tiene el gobierno para controlar a los enemigos, todos ustedes han tenido entrenamiento militar pero en este momento no estamos en posición de mandarlos a su primer misión —empezó su discurso.

El hombre se veía imponente a pesar de que ya era grande.

—Tendrán una semana para entrenar, después serán enviado a su primer misión, empezaran en un rato más, nuestros muchachos les enseñaran bien pero primero necesitarán un examen médico general tenemos que saber cuales son su condiciones, descansen que será un día largo —dijo para dejarnos ir.

Dormimos un rato ya que a las nueve nos levantaron, Tanner repartió la ropa que debíamos usar, era ropa totalmente blanca.

Tuvimos que usar unos tenis bota algo raros, todos estábamos listos menos Caleb que estaba teniendo problemas con la ropa.

La ropa mas pequeña era para niños de doce años así que le quedaba demasiado grande, me acerque a él por que se le notaba que estaba apunto de llorar.

—Hey que pasa —le dije.

—Tengo problemas con el pantalón —confesó abrumado..

—¿De que hablas? —pregunté.

—Es que se me cae —explicó él levantando las manos.

Los pantalones se le cayeron, la playera le llegaba a las rodillas así que solo se le veían sus delgadas piernas, se tomo los pantalones y se los subió.

—Bueno pues agárratelos fuerte —sonreí .

—Pero se me caerán cuando intente hacer algo —chillo triste.

Me quede pensando, Tanner llego después.

—¿Qué pasa soldado? —preguntó Tanner.

—Es que se me caen los pantalones, la ropa es muy grande para mi —chillo.

—Ya, soldado Mason arréglelo tiene 5 minutos —contestó.

Me quede pensando, tiempo después supe lo que tenía que hacer, tomé la cinta adhesiva y se la amarre a la cintura, el pantalón aún así le quedaba grande pero no se le caía.

—Listo ahora vámonos —exclamó.

Él se puso las manos en el pantalón y sonrío.

Nos formamos a donde estaban todos, caminamos como por cinco minutos, llegamos a una habitación.

Habían varias camas de hospital divididas por cortinas blancas, solo una cama estaba ocupada, en ella estaba un chico.

Era un chico como de mi edad, estaba en la cama con los ojos cerrado y un tubo en la boca, tenía el cabello castaño y se veía pálido, en ese momento supe quien era todos, nos quedamos viendo aquel chico, Tanner cerro la cortina.

Obscuridad absolutaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora