Capitulo 14

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Estaba en casa, en esa pequeña casa en la que había vivido siempre, una casa con solo dos habitaciones y una sala.

Era pequeña pero no necesitaba más, era feliz.

Estaba en la sala, tendría tal vez cuatro o cinco, era más de media noche y yo seguía despierto.

Solía despertarme cuando todos dormían, solía esperar a papá para que me llevara de vuelta a la cama pero ese día era diferente, estaba en el sillón quedándome dormido cuando la puerta se abrió.

—Papi —exclamé feliz levantándome para recibirlo.

Él estaba ebrio, entró con una botella en la mano.

—Oh tú —contestó con desprecio.

Pasó por mi lado y me empujó, yo caí.

Él no solía ser así a menos de que estuviera ebrio.

—Papi —chille frotándome los ojos para no llorar.

—Masón hazme un favor muévete y tráeme una cerveza —ordenó molesto.

—No tenemos papi —suspire extrañado.

—No, no tenemos, ¿Sabes por qué? —preguntó molesto.

Yo solo negué con la cabeza.

—Pues por tu culpa, si tú madre no te hubiera tenido hubiéramos tenido una vida mejor, pero estás aquí —grito riendo.

En esos momentos estaba llorando a mares, mi madre salió de la habitación con la pijama puesta al igual que mi hermano.

—Llévatelo —pidió mi madre.

Mi hermano me tomó para cargarme, mi hermana estaba dormida así que él me calmo para no despertarla.

—¿Por qué no me quiere? -le pregunté a mi hermano entre llantos.

—Él te quiere pero está ebrio, no dice la verdad —lo justifico.

Mi hermano me recostó en la cama qué compartíamos, él me tapó con las pocas cobijas para que no me diera frío, mi madre entro y se recostó a mi lado.

—Él se fue, volverá cuando esté mejor —me calmó mi madre.

Yo la abrace pero por desgracia él no volvió pues una semana después fue cuando murió.

—Masón, Masón —dijo la voz despertándome, era Cam.

—¿Qué? —pregunté despertándome.

—Me traes agua —pidió mirándome.

—Cam te dispararon en el brazo no en la pierna puedes pararte por ella —me queje viendo el reloj.

Eran las cinco y tenía sueño, me acomode para volver a dormir.

—Idiota —contestó levantándose por el agua.

Al volver no dijo nada y volvió a dormir.

Cerca de las nueve me fui a desayunar con los demás, aunque estaba más tranquilo que de costumbre.

Nos sentamos, Caleb no estaba pero sabía que Aiden estaba bien, Cam vino con nosotros aunque no hablo mucho.

—Oh rayos no moriste —bromeo Bael cuando Cam se sentó a su lado.

—Búrlate pero sabemos que sin mí no vives —contestó el castaño, Bael se limitó a poner los ojos en blanco.

—Dicen que iremos a misión —comentó Linden.

—Es en serio —exclamó Cam molesto.

—¿Y de que sería? —preguntó Ben aunque nadie lo sabía.

Obscuridad absolutaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora