Las simulaciones empezaron por la mañana, todos los equipos empezaban en las simulaciones.
Nosotros nos encontrábamos todos en la sala a punto de entrar a la simulación, Preston estaba con nosotros pero a él no le importaba, la luz de la puerta se puso verde.
—Muy bien su turno, por cierto no dejen que las balas les den —aconsejó riendo.
Todos entramos, para nuestra mala suerte nos había tocado con los chicos a los que les habíamos golpeado.
Se escucho una alarma y el lugar se apagó, una voz se escuchó en toda la sala.
—Muy bien chicos empiecen y recuerden no se valen golpes —nos recordó la voz, sonó una segunda alarma.
Pelearíamos a ciegas o algo parecido, no nos habían puesto ningún tipo de protección mas que un casco con un pequeño visor con el que se supone que podríamos ver a las demás personas, pero no podíamos ver casi nada.
Sentí un golpe en mi hombro que me probó un fuerte dolor y ardía demasiado.
Me tire a lado de uno de los muros, Cam se sentó a mi lado, se estaba quejando.
—Las malditas balas, a eso se refería son las balas —grito sobándose el pecho.
—¿Y ahora que hacemos? —le pregunte.
—Pues dale a los malditos y evita que te den —exclamó levantándose para correr.
Me empece a mover pero recibí otros tres disparos, si fueran reales posiblemente estaría muerto, dispare a uno de los chicos y seguí corriendo.
Estuvimos casi treinta minutos en la simulación, las luces se prendieron por fin.
Me mire, las balas dejaban pintada la ropa pero dejaban la piel roja con varios moretones y una horrible comezón, al igual que mucho dolor.
Nos fuimos a nuestro dormitorio y nos tiramos en las camas, empezábamos a tener mucho calor, tenía cerca de veinte moretones, la mayoría estábamos en eso.
Excepto Bael pues al tratar de ayudar al pequeño Caleb recibió más, el pequeño solo tenía uno en la pierna pero era bastante para que no dejara de llorar.
La puerta se abrió y Preston entro en su silla.
—Pudiste habernos dicho lo de las balas —gritó Ben molesto.
—Y quitarle la diversión —se burló— vamos quería ver que tan malos eran y me sorprenden, son peor de lo que esperaba, ahora muévanse
—¿A donde vamos? —preguntó Linden.
—A las duchas, antes de que les de fiebre por las balas —explicó.
Todos nos movimos, las duchas era algo incomodo pues no tenían cortinas solo nos cubrían la mitad del cuerpo y a Caleb, bueno a el lo cubría todo.
Me mire, tenía todo el cuerpo marcado.
—Las balas están hechas para que sientan dolor, contienen una toxina para hacer el dolor ma real por eso la mayoría de ustedes tiene fiebre —explicó riendo.
—Se supone que nos tienes que ayudar no —se quejó Dalton.
—Me mandaron para hacer más efectivo su equipo por que la verdad son un asco así que trabajaremos en eso —exclamó saliendo de las duchas.
Esa noche dormimos hasta tarde, estábamos en la habitación cuando entró Preston.
—Muy bien tengo un plan de batalla —dijo mirando unas hojas.
—No lo puedes decir después —se quejó Cam.
Preston solo le miro.
—Ben, Bael, Linden y Cameron, son buenos disparando lo tomaremos en cuenta, Carter y Masón son rápidos, nos puede servir, Gabe bien hecho haya fuera y Bryce eres un maldito imbecil —exclamó.
—Gracias si no me lo dices no me doy cuenta —bufo rodando los ojos.
—Pero tienes cerebro lo cual nos puede servir —lo calmó.
—¿Y yo? —preguntó Caleb preocupado.
—Tu eres un asesino en miniatura, tengan cuidado muchachos es letal —dijo para hacer reír a Caleb— te estaré vigilando.
El pequeño solo empezó a reír más calmado.
—¿Ahora que? —preguntó Gabe.
—Ahora me pregunto que tienen en común cuatro fugitivos, cinco muchachos del campo de batalla y un asesinó en potencia —exclamó— ¿Alguien sabe?
—Éramos los únicos disponibles —contestó Dalton.
—Posiblemente, alguien tiene otra idea —comentó él pero nadie dijo nada— bueno yo les diré, todos ustedes son sobrevivientes, el ejército quiere a personas que sepan seguir órdenes, ahora a cambiado y ustedes son la mejor opción pero tengan algo en claro, todos estamos de un mismo lado... con la misma misión, cumplan el objetivo no me importa de la manera que lo hagan —ordenó.
—Si capitan —dijimos al unísono.
—Bien ahora muevan sus traseros —ordenó Preston.
—Pero ya es tarde —comentó el pequeño Caleb.
—Vamos presiento que les gustara —animó.
Llegamos a la sala de entrenamiento como ya era noche apagaban las luces así que todo estaba oscuro.
—¿Prendemos las luces? —preguntó Gabe.
—No hace falta —dijo sacando una venda roja de su mochila— Masón tu primero.—¿Qué tenemos que hacer? —pregunté.
—Bueno es fácil, jugaremos escondidas —sonrió.
—¿Y para que la venda? —pregunté confundido.
—Para hacerlo más emocionante, ahora ustedes se esconden y tu te pones la venda nadie puede hacer ruido, tienes que pedir tres aplausos solamente y con eso tienes que encontrarlos entendiste —explicó él.
—No —conteste abrumado.
—Que pena, ahora ponte la venda y ustedes escóndanse —ordenó.
Escuche varios golpes pues como estaba oscuro chocaban contra todo pero en unos segundo todo se quedo en silencio, di unos pasos y pare.
—Primer aplauso —pedí pero se escucho de todos lados.
Algunos mas cerca y otros mas lejos, me fui acercando al que pensé más cerca.
—Segundo aplauso —grité y lo escuche más cerca pero era muy difícil concentrarse.
Me fui acercando más.
—Tercer aplauso —exclamé.
Estaba justo enfrente de mi, levante mi mano y toque un hombro.
—Eso es trampa —se quejó Cam.
Todos se ríen y volvimos al centro, lo hicimos varias veces hasta que nos fuimos a dormir.
El propósito del juego era aprender a escuchar pues en el campo de batalla era importante, mañana nos dirían nuestra nueva misión.
Estaba nervioso pues decían que había probabilidad de encontrarnos a McCall.
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Obscuridad absoluta
HorrorSEGUNDA PARTE DE CAYENDO EN UN UN ABISMO "Y QUE HAY DESPUÉS DE CAER EN UN ABISMO SI NO UNA OBSCURIDAD ABSOLUTA" Después de la tragedia que vivió Masón tendrá que ser fuerte para lo que sigue, una oscuridad absoluta luchar por el amor vencer sus mi...