Algo que he aprendido este año es que, cuanto más oportunidades le das a una persona, menos te valora. Es como si, con cada nueva oportunidad, esa persona fuera perdiendo el miedo a perderte, porque sabe que, pase lo que pase, vas a seguir estando ahí. Y lo peor es que no te vas, aunque en el fondo sepas que deberías. Te aferras a la esperanza de que quedándote todo se va a arreglar, aunque en tu interior sabes que no será así. Pero lo intentas, y en ese intento terminas cediendo tanto que esa persona se acostumbra a cruzar tus límites y a faltarte al respeto sin remordimientos.
Una frase que escuché hace poco me hizo entenderlo todo: "Un error que se repite más de una vez deja de ser un error y se convierte en una decisión. Si se repite más de dos veces, se transforma en un hábito. Y si se repite tres veces, ya es parte de la personalidad de alguien."
Creo que esa frase me cambió la perspectiva. Me di cuenta de que a veces no es culpa nuestra que las cosas salgan mal, pero sí es nuestra responsabilidad que ese comportamiento no se repita. Si alguien te hace daño una vez, puede ser un error; si lo hace dos veces, ya es una elección consciente. Pero si pasa una tercera vez, significa que esa persona no tiene intención de cambiar, y al seguir ahí, lo único que haces es reforzar su comportamiento.
Por eso, mi consejo es este: si sabes que algo está mal, no lo dejes pasar más de una vez. Aprende a decir "basta". Aprende a poner límites, aunque duela, porque si no lo haces, no solo te estás dañando a ti mismo, sino que también le estás enseñando a esa persona que puede seguir haciéndote daño sin consecuencias. Querer a alguien nunca debe significar permitir que te falten al respeto.
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Just thoughts
DiversosEste libro está compuesto por una colección de sentimientos y pensamientos que han transitado por mi mente a lo largo del tiempo. Cada texto representa un reflejo de mis experiencias y reflexiones, capturando momentos de introspección y exploración...
