La soledad

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Cuando hablamos de la "soledad", muchas veces tendemos a relacionarlo con algo negativo y no siempre es así. Al vivir en una sociedad donde siempre estamos rodeados de personas, ver a alguien comiendo solo en un restaurante puede parecer triste y hasta incluso preocupante. Sin embargo, en mi opinión, la soledad no siempre es algo malo, de hecho, a veces puede ser algo necesario e incluso muy bonito.

Tomar la decisión hacer cosas solo, como ir a un restaurante y pedir una mesa para uno, dar un paseo disfrutando de tu propia compañía mientras aprecias el paisaje a tu alrededor, o pasar la tarde en la playa leyendo un buen libro, es un acto de valentía en un mundo donde la mayoría cree que es mejor estar acompañado. Aunque a simple vista pueda parecer raro o triste, estas experiencias te ofrecen una oportunidad única para conocerte mejor y crecer como persona.

Estar solo de vez en cuando te da la oportunidad de conocerte mejor, poder pensar por ti mismo, sin la influencia o presión de los demás. Es un tiempo en el que puedes hacer lo que realmente te gusta. Es un momento para reconectar contigo mismo y descubrir lo que realmente quieres.

La única desventaja que puedo llegar a ver es que, una vez que descubres lo que puede aportarte esa sensación al estar simplemente con tu presencia, puede resultar difícil volver a depender otra vez de la compañía de los demás. Aprender a estar solo te da una sensación de libertad y autoconocimiento que es difícil de igualar. Aunque no es fácil aprender a disfrutar de la soledad, es una habilidad que puede mejorar mucho tu vida.

Por ello, en lugar de ver la soledad como algo malo, deberíamos aprender a apreciarla. La soledad puede ser un momento valioso para crecer, pensar y disfrutar de la mejor compañía posible. 

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