Respeto

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Es importante entender que el respeto es la base de cualquier relación saludable. Ya sea con amigos, familiares, compañeros de trabajo o personas que apenas conoces, el respeto mutuo es lo que mantiene las relaciones en correcto equilibrio y armonía. Sin respeto, las relaciones se deterioran y pueden volverse dañinas o incluso hasta el punto de llegar a ser tóxicas.

Si un amigo te trata mal, es importante no permitir que eso ocurra repetidamente, ya que puede convertirse en un hábito que dañará la relación. A veces, las personas justifican su mal comportamiento diciendo que están pasando por un mal momento, y esperan que los demás entiendan su argumento dando por hecho que debes hacerlo ya que todos hemos vivido esa situación, y aunque así fuera, esa no es una razón válida para herir o menospreciar a otros. Sin embargo, aunque es bueno ser comprensivo, eso no justifica el maltrato. Todos enfrentamos dificultades en la vida, pero no todos actuamos de esa manera.

Cada persona tiene el derecho de establecer límites claros de cómo quiere que la traten. Esto significa que puedes, y debes, comunicar a los demás qué comportamientos no estás dispuesto a aceptar. Con esto no me refiero a establecerlos nada más empezar una nueva amistad, sino que a medida que se va desarrollando esa confianza. Es importante ser honesto sobre lo que te molesta o te hiere, porque al hacerlo no solo te proteges a ti mismo, sino que también enseñas a los demás a que deben respetarte. Establecer límites no es egoísta, sino una manera de cuidar tu bienestar emocional y mental.

Esta pauta no solo aplica en las amistades, sino también con personas de tu círculo familiar. A veces es difícil poner límites con la familia porque creemos que, por ser quienes son, merecen un trato especial. Sin embargo, es importante recordar que, aunque sean familia, también son personas, y así como ellos quieren ser respetados por ti, tú también tienes derecho a ser respetado por ellos. No se trata de crear una barrera entre tú y tus familiares, sino de asegurar que las interacciones sean saludables.

El respeto es una ley no escrita de las relaciones y de la sociedad y, el hecho de no aplicarla crea situaciones que no nos gusta vivir.

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