¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
"When Everything Breaks"
LA CULPA ERA UN PESO insoportable sobre sus hombros. Rouge se sentía inútil, como una tonta por no haberse lanzado en la tirolesa. Su estómago se revolvía con la idea de haber decepcionado a su equipo. Tal vez, por su culpa, perderían la prueba. Todo porque el miedo la paralizó.
Intentó justificarse, encontrar una razón lógica que hiciera que todo tuviera sentido, pero no podía. No podía controlar su ansiedad, y eso la frustraba más que cualquier otra cosa.
No se acercó a los demás. No quiso hablar con nadie. Simplemente se sentó en un rincón, abrazando sus rodillas, mientras el bullicio del campamento continuaba a su alrededor.
El equipo seguía reunido. Algunos platicaban animadamente, otros parecían distraídos con sus pensamientos. De vez en cuando, alguien le lanzaba una mirada fugaz, pero nadie se acercaba. Ella sentía esas miradas. No necesitaba que le dijeran nada para saber que estaban pensando en su fracaso. Era frustrante.
Rouge respiró hondo, intentando calmarse, pero la sensación de ahogo seguía ahí. Apretó los puños, clavando las uñas en sus palmas. Quería gritar, quería desaparecer.
El día no había terminado, pero para ella, ya todo se sentía arruinado. Tal vez no iba a hablar con nadie en todo el día. Tal vez era mejor así.
Rouge no quería enfrentar las preguntas, las miradas de lástima o, peor aún, la decepción en los ojos de su equipo. Quería hundirse en su frustración y dejar que el día pasara sin más. Pero entonces, Jay se acercó.
Sin previo aviso, sin anunciarse con palabras, simplemente se dejó caer a su lado con la naturalidad de quien no necesita invitación. Se estiró como si nada, acomodándose junto a ella sin mirarla directamente.
—Vaya día, ¿no? —comentó con su tono casual, como si estuvieran hablando del clima. Rouge no respondió.
Jay no pareció molesto por su silencio. Se inclinó un poco hacia atrás, apoyando los brazos en el suelo—Mira, sé que probablemente quieres que te deje en paz —continuó—, pero no soy muy bueno en eso de ignorar a mis amigos cuando sé que están enojados consigo mismos.
Rouge frunció los labios, desviando la mirada—No estoy enojada conmigo misma—
—Ajá, claro —bromeó, arqueando una ceja. Rouge resopló, pero no pudo evitar que una pequeña sonrisa amenazara con asomarse.
Jay la miró de reojo y sonrió de lado—Ah, ahí está. Sabía que todavía tenías sentido del humor—
Rouge suspiró, apoyando la cabeza en sus rodillas—Jay, solo... no quiero hablar de eso—
—Entonces hablemos de otra cosa. Podemos criticar los peinados del equipo naranja o hacer apuestas sobre cuánto tiempo pasará antes de que Chad haga un comentario idiota—