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"Beneath the Stars
EL SILENCIO ERA ENSORDECEDOR. El agua del lago apenas se agitaba en la superficie, como si guardara celosamente a los dos cuerpos que habían desaparecido en su interior.
El aire estaba tenso, cargado con la ansiedad de quienes observaban desde la orilla. Los gritos y el caos de segundos antes se habían reducido a un murmullo de respiraciones contenidas, corazones acelerados y miradas fijas en el agua.
Rouge se había hundido. Y ahora, Logan también.
Los segundos pasaban, cada uno sintiéndose más largo que el anterior. El tiempo parecía estirarse de una manera cruel, jugando con los nervios de todos.
Carlos no podía respirar bien. Sus manos estaban apretadas en puños, sus nudillos blancos de la presión. No podía quedarse quieto, no podía solo esperar.
—¿Por qué no salen? —murmuró Evie, su voz apenas un susurro lleno de pánico.
—No lo sé… —respondió Jay, con los ojos clavados en la superficie del lago, su mandíbula apretada.
Lonnie tragó saliva, sintiendo sus manos frías y temblorosas—Vamos, Logan… tráela de vuelta…—susurró, susurrando una oración silenciosa.
Ares apretó los labios, cruzándose de brazos con fuerza. La impaciencia se mezclaba con un miedo latente en su pecho—Si en los próximos segundos no salen, alguien más tendrá que entrar—
Jack frunció el ceño, dando un paso adelante. Hasta él, con su usual actitud despreocupada, tenía la expresión grave—Si en diez segundos no emergen, alguien entra por ellos. No podemos seguir esperando—
Carlos sintió que algo dentro de él se rompía. No hay tiempo. No hay más segundos.
El agua se agitó de repente y Logan emergió con un jadeo ahogado, sacudiendo la cabeza para apartar las gotas de su rostro. Su respiración era pesada, sus movimientos rápidos y desesperados mientras miraba a su alrededor.
Pero Rouge no estaba con él. Su expresión cambió de inmediato, de la determinación al puro terror. Su mirada recorrió la superficie del lago, como si esperara verla salir a flote en cualquier momento, pero no había ni un solo rastro de ella.
El tiempo pareció ralentizarse. La tensión en el aire se volvió sofocante. Desde la orilla, Evie cubrió su boca con ambas manos, su rostro pálido por la angustia. Lonnie dio un paso adelante, su corazón latiendo con fuerza en sus oídos. Ares frunció el ceño, su mandíbula apretada con frustración.
Carlos sintió un frío helado recorrerle la espalda. Todo su cuerpo se tensó, sus músculos listos para moverse, para lanzarse sin dudarlo. Pero antes de que pudiera hacerlo, Logan se sumergió nuevamente sin decir una palabra.
