Abandone mi posición anterior para ponerme de pié, mi rostro ardía de vergüenza hace tan solo minutos lo eché de mi habitación y ahora lo veía como una completa estúpida.
Un mal paso hizo que me tropezara y golpeara fuertemente con los escalones, un quejido salió de mis labios seguido de una mueca de dolor. Cuando menos me di cuenta Harry ya estaba a mi lado.
-¿Estas bien?- asentí con la cabeza aunque no fuera cierto- ¿Segura? Te golpeaste fuer...
-Segura- intente parecer lo mas convincente posible. Me puse de pie pero eso solo sirvio para que el dolor se intensificara haciendo que retuerza mi espalada.
-Creo que no- soltó una risita y lo miré fulminante- lo siento- bajó la cabeza evitando hacer contacto con mis ojos- te quería hacer una pregunta.
-¿Cuál es?- me crucé de brazos.
-Mi mamá- su vista fue divalgando por distintos sitios hasta dar con la mía- como te lo digo- sonrió de lado. Maldita y hermosa sonrisa- quiere que vayamos a cenar, por su cumpleaños.
-¿Y qué tengo que hacer yo allí? -me encogí de hombros.
-Bueno, ella si te conoce. Aparte no te puedo dejar sola...
-¿Me crees una niña?- lo interrumpí.
-No es eso. Pero si no quieres...- agarró la parte trasera de su cabeza- le puedo decir que no- me miró curvando un poco sus labios ¿Acaso estaba usando la cara de perro mojado conmigo?. Eso no va a funcionar,soy amnésica pero no tonta. Por otro lado es el cumpleaños de su madre no puedo ser tan grosera, pero mira su cara es tan... ¡Basta! Lo hare solo por su madre.
-Esta bien- dije como respuesta final. Este sonrió de oreja a oreja provocando que todo mi estomago se revolviera, nose cuando lograre acostumbrarme a ésto. A las tantas sensaciones raras hacía un completo extraño- ¿A qué hora?
-A las ocho en...- miró su reloj- medía hora pero podemos llegar un poco tarde, ya sabes si deseas prepararte y maquillarte. Cosas de chicas.
-No hare esperar a tu madre- rodé los ojos- solo voy por un abrigo y vuelvo.
Subí los pocos escalones que quedaban hasta llegar al segundo piso. El día era cálido, pero una chaqueta por las dudas nunca vendría mal, tomé mi teléfono y baje a la sala, Harry ya estaba esperandome.
No es noticia que el trayecto hasta la casa de su madre fue un momento de total incomodidad provocado por mi reciente amigo, el silencio. El echo que haya acompañado no significa que haya cambiado mi opinión a él, es un completo aprovechado que se sastiface de mi pérdida de memoria para hacer lo que se le plazca. Mirando por otro lado, tal vez yo malinterpreté las cosas ¿Y si fue alguien importante en mi vida? No lo creo, si fuera así ¿Por qué razón no me ha dicho quién es el para mí y yo para el? Simple, no soy nadie y no es nadie.
-Jess- la voz del que ocupaba mis mas recientes pensamientos me hizo salir del trance en el que me encontraba. Lo miré, el vehículo ya estaba estacionado y la puerta del copiloto abierta ¿En qué momento llegamos?- ¿Vamos?
Asentí un poco confundida y baje del auto, una casa acogedora y familiar nos esperaba con las puertas abiertas y gente, aunque no tanta.
-Hola hijo- una señora de cabello oscuro se abalanzó sobre Harry dándole un abrazo acompañado de un beso en la mejilla. Después su vista se fijo en mí, un brillo inato apareció en sus ojos- pequeña- me abrazo de la misma forma que a su hijo.
-Feliz cumpleaños- pude apenas murmurar a tanto afectó.
-Feliz cumple ma- la saludó su hijo.
-Gracias chicos- su mirada se clavó en ambos con una sonrisa hasta que un carraspeo la hizo reaccionar- oh pasen- nos señaló un patio trasero. Una tal Gemma nos detuvo en mitad de camino, por lo que vi era hermana de Harry.
Si vivir en una casa con un completo extraño era incomodo, esta cena lo era aun mas. Las miradas de pena caían sobre mí de la mayoría de los presentes, como si se tratara de una enfermedad terminal, solo es amnesia, perdí la memoria no la vida. Harry no deja de preguntar como me siento, aunque le diga que bien el sabe que no es así.
-Dime Jess- habló Anne, si, me aprendí su nombre- ¿Cómo has estado?- miré de reojo a Harry, noté como sus músculos se tensaban. Y se exactamente lo que esta pensando, desdé que sali del hospital no he echo nada mas que discutir con él.
-Bien- digo llevandome un trozo de carne a la boca para ocultar cualquier rastro de mentira.
La voces de todos los presentes cantando el feliz cumpleaños, la música de el fondo mas los fuegos artificiales terminaron por confundirme por completó. La cabeza me comenzó a dar vueltas y fuertes puntadas. Una mano se posó sobre mi brazo.
-¿Estas bien?- los pies tomaron sus propio rumbó a la salida. Comencé a correr para alejarme de aquel gentío. Me había alejado y eso lo pude notar porque el ruido seso gran cantidad. Un auto estaciono a mi lado.
-¿Te llevó? -esa voz no la conocía, agache mi cabeza para ver de quien se trataba. Tampoco lo conocía.
-No te conosco- recuperé mi postura para seguir caminando.
-Vamos- insistió- no te are daño- hice cómo si no lo escuchara. No me iría con el ni que...
-¡Jess!- Harry venia tras de mí. Ese pequeño momento de pánico hizo que me subiera al auto que aun seguía varado sobré la callé, el hombre sonrió y puso en marcha el motor- ¡¿Qué haces?!¡ bajate!- fueron las últimas palabras que logré escuchar.
