Sus ojos estaban sobre los míos, podía sentir el peso de su mirada. Era la primera vez que haría esto- pedirle perdón- y era mas difícil de lo que pensaba. Las palabras simplemente no salían. Baje la vista a mis humildes pantuflas afelpadas de color rosa y retorcí mi boca para luego volver a el. Nunca antes note con profundidad el color esmeralda que emanaba de sus ojos, todo el coraje que contuve hasta ahora se desvaneció por completo.
-Yo... yo- comencé a tartamudear. El estaba sentado sobre la cama con las manos entrelazadas esperando a una reacción de mi parte, yo en cambio me encontraba junto a la puerta jugando con mis dedos y retorciéndome del miedo.
En un acto de cobardía me di vuelta para salir de aquella habitación. sentí una mano tomar mi brazo, me gire contemplando con mas claridad su rostro a tan solo centímetros. Me estremecí por completo cuando comenzó a acariciar mis brazos con total delicadeza y su vista se poso sobre mis labios. Abrí mi boca intentando hablar sin éxito alguno. Lo aparte de a poco soltando un suspiro al sentir como mi ritmo cardiaco volvía a su normalidad.
-¿Necesitas algo?- preguntó después de varios segundos de silencio.
-Yo solo...- llevé ambas manos a mis caderas- quería pedirte perdón. Por lo de hace rato se que debí...
-Esta bien- me interrumpió ladeando una sonrisa- también debo de comprender. No debes estar pasando por un buen momento- asentí sin mas que decir y me gire para caminar en sentido contrario a el- Jess- me llamo- ¿Puedo pedirte algo?.
-¿Si?- me gire para ver como su rostro tenia una expresión inexplicable. Miedo, vergüenza, inseguridad, etc.
-Podrías darme...- titubeó balanceando su cuerpo de a poco mas cerca de mi. Por instinto retrocedí, noto mi acción y se detuvo en su lugar mirando al suelo evitando a toda costa mis ojos- darme... un abrazo.
Antes me hubiera negado sin tan solo pensarlo pero yo también lo necesitaba. No se porque ni tampoco quería averiguarlo, me abalance a el rodeando mis brazos por sobre sus hombros poco segundos después sentí como correspondía el abrazo. Hundí mi rostro en su cuello aspirando su aroma. Una sensación rara recorrió mi cuerpo poco a poco, sentí como una lagrima se deslizaba por mi mejilla, la limpie rápidamente y me separe de el regalándole una sonrisa.
Llegue a mi habitación y me tire sobre la cama tapándome con las sabanas. Desde que lo vi por primera vez en el hospital, desde que oí por primera vez de sus labios mi nombre no podía evitar sentir cosas raras ¿Quién era el? Cada intento por odiarlo era en vano ¿Cómo supo aquella vez que me cortaría?¿Como supo hacerme entrar en razón con tan solo una mirada?¿Que tanto me conoce?. El echo que allá ido a su habitación no solo era para pedirle perdón, si no también para buscar respuestas.
Pase a la última canción de mi lista de reproducción, mi estomago llevaba mas de una hora pidiendo comida. Eran las seis de la mañana y no lograba dormir, me puse de pie y baje a la cocina. La luz estaba encendida, Harry dormía con su cabeza apoyada sobre la mesa. Corrí un mechón de cabello que caía sobre su rostro asegurándolo tras la oreja. Mis dedos recorrieron cada una de sus facciones hasta que abrió los ojos.
-Te dormiste- susurre apartando mi mano.
-Sigue- volvió a cerrar sus ojos. Fruncí me ceño.
-¿Que?
-Sigue con lo que hacías es... relajante.
-No haré eso- me negué.
-No puedes dormir ¿Cierto?- asentí- puedes dormir conmigo- abrí mis ojos como plato ¿Quién se creía?- en el otro extremo de la mesa- mis mejillas ardieron de vergüenza, por un momento me mal pensé, sus ojos se abrieron con una expresión divertida-o...¿Pensaste otra cosa?
-No, claro que no- abrí la heladera tomado la leche entre mis manos, mire la repisa en la que se encontraban los vasos. Estire mi brazo pero estaba demasiado alto, me puse de puntillas y aun así no sirvió. Sentí a alguien pegarse a mi cuerpo por detrás y vi como una mano tomaba el vaso. Hubiera preferido tomar del cartón, si antes mi rostro estaba rojo no me quiero imaginar como se encuentra ahora- gracias- vertí el liquido en el recipiente. Este solo sonrío.
Lleve la leche a mi boca bebiéndola de un solo trago. Harry se acerco a pasos lentos y tomo mi rostro entre sus manos, se encontraba tan cerca. Sus dedos comenzaron a dibujar delicadamente el contorno de mi labio inferior seguido por el superior, limpiando todo rastro del liquido alrededor de ellos. En el momento en que mi mente dejo de pensar por si misma y comenzó a actuar según sus instintos me acerque aun mas a el, hasta quedar a tan solo centímetros. Nuestras frentes estaban pegadas mientras que mi respiración se mezclaba con la suya. Cerré los ojos para acortar la distancia que nos separaba, antes de sentir el roce de sus labios con los míos una mano se poso sobre mis hombros apartándome. La razón volvió a mi ¿Qué estaba por hacer?¡Lo iba a besar! y lo peor de todo es que ¡Me rechazo!.
-Es tarde- sonrió- debes descansar.
Sin decir ninguna palabra salí de la cocina y subí a mi cuarto.
-Mierda- susurre tirando la almohada lejos de mi.
