Levanté mi dedo frunciendo ambos labios antes de tirar las cartas, Nicol se inclinó en su asiento antes de saltar fastidiada.
—¡Haces trampa— me gritó y reí incrédula.
—Eso es mentira.
Cruzó ambos brazos y me apuntó con su menton.
—Explicamé como es que siempre tienes la misma carta.
Me encojo de hombros—¿Suerte?
Si hay algo de lo que nunca me cansaré es ver sus ojos color esmeralda rodar por los aires, Nicky me dio una pequeña sonrisa antes de salir hacía la cocina. Estaba segura de que algo haría, y es que la conocía tan bien.
Dejé escapar un bufido y me pusé de pié, un hormigueo recorrió mis piernas en consecuencia de estar tanto tiempo sentada en aquella silla.
—Mamá— Ian apareció en la sala con su pijama y el peluche entre manos. Mi ceño se frunció preguntandome el porque aun estaba despierto.
Dió dos pequeños pasos antes de que lo envolviera en mis brazos, rodó sus pequeñas piernas en mí cintura y ocultó su rostro en la curvatura de mí cuello.
—¿Qué sucede? ¿No puedes dormir?
Asintió.
—Puedes quedarte conmigo.
Caminé hasta la cocina con él en brazos y mis ojos lograron ver cómo Nicol ponía sal en una taza de café. Y sabía a quien le daría aquella sustancia.
Negué con la cabeza mostrandole la lengua y me serví un vaso de agua sin soltar aun a Ian de mi brazos.
—Lucy hoy hablo de papá.
—¿Ah? — pregunté, girandome a ella.
—Dijó que era... Sexy.— elevé ambas cejas y asentí dejando en vaso en el lavado— ¿No diras nada?
—¿Qué quieres qué diga?¿Quieres que salga a la calle a gritarle a todas las fans que dejen de decir que el es sexy?
—¡Es que es extraño que la mayoría de mis compañeras esten enamoradas de él! — gritó y la callé cuando el pequeño en mis brazos se removió, incomodo por los gritos.
No solo es incómodo para ella, para mí y para algunos otros también lo es. Pero no puede pedirle a Harry que deje de ser él. No, claro que no.
El teléfono de casa sonó, antes de responder le entregué a Nicky su hermano, ya dormido y le ordené a que lo llevara a su habitación. Era papá, había llamado confirmando su presencia a la cena del sabado. Me preguntó sobre mi estado y el del resto de la familia, hablamos durante una extensa hora antes de colgar diciendo que debía ir a la cama.
Justó después de colgar, el sonido de las llaves encajar en la cerradura y girar, hace que mi corazón palpite a una extraña velocidad y corra én dirección a la puerta principal. Es increible, que aunque pase el tiempo, siga sintiendo lo mismo cada vez que lo veo.
—Harry— digo abalanzandome sobre él para besar sus labios. —Pensé que no vendrias hoy.
Tomó mi brazo y me giró hasta chocar mi espalda con su formido pecho, besó la piel de mi hombro y acercó sus labios a mi oreja.
—Dije que no faltaría nunca mas a dormir. — tomé una profunda respiración y me giré saliendo de sus brazos. —¿Los niños? — preguntó mirando en dirección a las escaleras.
—Dormidos— respondí.
—¿Dormidos? — preguntó para asegurarse, asentí rodando los ojos.
—Dormidos.
—Dormidos. — repitió acercándose a mí, tomó mi cintura empujandome a él. Su cálido aliento golpeó en mi rostro haciendo que sintiera mis labios pedir los suyos con urgencia. Hace tiempo que no teniamos un momento, Para ambos, solos.
Inclinó los suyos chocando con los míos, haciendo que mis pies se tambalearan por un instante.
—Jess— me llamó sin separar sus labios de los mios. Respondí con un corto gemido esperando a que hablará. —Te extrañe— una sonrisa se expandió a lo largo de mi rostro al escuchar sus palabras.
—Yo igual.
Sus brazos se deslizaron por mi cadera hasta llegar abajo, de un solo impulso logro elevar mis pies dejandome fuera de todo contacto con el suelo. Rodé mis piernas alrededor de su cintura, sosteniendo ambas partes de su rostro entre mis manos.
Y tuve la ventaja de que sus ojos se abrieran al mismo tiempo que los míos.
¿ES POSIBLE ENAMORARSE MÁS DE UNA VEZ, DE LA MISMA PERSONA?
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ALGUIEN extrañó escribir, y ese alguien soy yo.
Esperó que vosotros estéis bien, esta bien. No soy de españa.
¿Errores? Escribí desde mi celular, asi que seguro hay de ellos, y muchos.
