cap 40 "-Estoy bien"

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Mi mirada estaba fija en la suya, ambos, enfrentados. ¿Dónde estaba todo el valor que supuse tener antes de venir aquí? Ni siquiera pensé en la posibilidad de encontrármelo en el camino, solo quería sentir su presencia atreves de la estructura de su puerta, sentir al menos que estaba al otro lado, no en mi frente.

-Yo...- comenzó a hablar después de un largo silencio- iba a hablar con el conserje- finalizo. Y aunque lo quisiera negar tenia la pequeña esperanza de que era a mi a quien buscaba. ¿Acaso se estaba excusando?

-Y... yo- suspire buscando una escusa, no sabia realmente que inventar- estaba por ir de compras- asentí como si fuera la mejor idea que haya tenido en mi vida. Su vista viajo por mi atuendo con diversión.

-¿Descalza?- pregunto con un tono burlón lo que hizo que me enfadara.

Lleve ve ambas manos a mi cadera- Si, ¿Tienes algún problema?- me encogí de hombros- puede que me haya unido a una hermandad y sea un rito e iniciación.- malditas películas, pensé.

Rio, de aquellas risas reales, las que sonaban como cientos de ángeles cantando.

-Mira, apenas te he dejado hace unas horas y ya estas en una hermandad- dijo, lo cual no me causo demasiada gracia. Me había visto llorar y luego venia a recordarme lo doloroso que habían sido las ultimas horas de mi vida. Mi cara pareció deformarse mas de lo que ya estaba, la sonrisa desapareció de su rostro y me miro con lastima.- Lo siento- trato de acercarse pero me aparte desviando mi vista para contener las lagrimas que se aproximaban- Jess- me llamó.

-Solo déjame- dije cruzando los brazos por sobre mi pecho, gire para volver a mi apartamento pero su mano me detuvo. Tal y cual ya lo había echo una y otra vez. En un rápido movimiento pego mi espalda a la pared mientras ponía ambos brazos alrededor de mi dejándome sin escapatoria, nuestros rostros estaban tan cerca que podía sentir como nuestras respiraciones se mezclaban- déjame ir.

-¿Me odias?- pregunto ignorando las palabras anteriores, nuestras miradas se encontraban en una batalla constante. Baje mis ojos hasta dar con sus labios que se fruncieron en una mueca extraña esperando a una respuesta, volví mi vista a sus ojos que observaban detenidamente mis labios- lo siento- dijo cuando noto lo que estaba haciendo.

-¿Puedes dejarme ir?

-No hasta que contestes.

-No hay nada que decir, suéltame- trate de empujarle pero apenas mis manos tocaron su pecho se detuvieron en seco, mire mi acción, podría simplemente apartarlo y adentrarme a mi apartamento pero no era eso lo que realmente quería.

-Jess- susurro casi a lo que pareció un jadeo, mire sus ojos que estaban fijos en los míos, su mandíbula estaba tensa y podía sentir su respiración agitarse ¿Tanto le molesto lo que hice?

-Lo si...- antes de que pudiera empujar su cuerpo lejos de mi su mano tomo la parte trasera de mi cabeza acercándome a el, mi corazón se detuvo cuando sus labios chocaron con los míos. Por un momento no sabia que hacer, un paso en falso y podría acabar con todo. comencé a mover mis labios al compas de los suyos mientras mis manos acariciaron su torso desnudo en pequeños círculos.

Los movimientos se hicieron mas rápidos cuando su lengua se encontró con la mía, me puse de puntillas para tener mejor acceso a su boca ya que el que no tuviera nada en mis pies no ayudaba en lo absoluto. Harry se percato de mi intención pasando sus manos por mis muslos para elevarme con total facilidad, enrede mis piernas alrededor de su cadera mientras acariciaba los rizos de su cabellera.

Esto no estaba bien, claro que no ¿Qué pasaría después?¿Volvería a desecharme como si nada? Un flashback de todo lo sucedido ese mismo día hizo que una lagrima se deslizase por mi mejilla. Tenia ganas de llorar y suplicarle que volviera conmigo pero si antes mis suplicas no fueron suficientes, ahora menos lo serán.

Always YoursDonde viven las historias. Descúbrelo ahora