14-La carta

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Alfin era sábado, el despertador sonó y me puse en pie. Normalmente me despierto tarde, pero hoy tenía cosas que hacer.

Emma murmuró algo inintenigible y  apagó el despertador de un manotazo, para luego darse la vuelta y volver a dormir.

Bajé la litera me aseé y luego fui a coger una bandolera dónde metería Biología y Psicología. (Tengo 14 años, lo sé pero este internado daba materia adelantada).

Me colgué la bandolera en el hombro y salí escopetada por la puerta.

Fui al comedor para desayunar.

Amber y Brooke estaban allí así que me senté a desayunar con ella.

Tomé zumo de naranja y serví en mi tazón leche y luego le añadí los cereales.

Amber y yo esruvimos hablando de Psicología, lo complicado que le resultaba a ella éste tema, pero dejamos de hablar al darnos cuenta que Brooke se había servido comida en su plato como si no hubiera un mañana. No entiendo que esta chica esté tan delgada... Tenía bacon, huevo revuelto, huevo frito, salchichas y cereales... ¡Jolín!

Brooke quedó en jugar al ruggby con Riley, pobre Riley al fin y al cabo sólo quería aprender a jugar...

Amber y yo pasamos por las taquillas para recoger mi estuche.

Abrí mi taquilla para coger mi estuche y me encuentro en ella una carta.

La cogí sin darme cuenta con mi estuche y los metí en la bandolera.

Llegamos a la sala de estudio y tomamos asiento en la parte más lejana.

En la sala de estudio hay una gran mesa de roble blanco con unas sillas muy incómodas de color crema.

Saqué el libro de Psicología y el estuche sin percatarme de que había una carta en mi bandolera.

Estuve estudiando ésta materia debido al exámen que tendremos el miércoles, me gusta estudiar con tiempo. Le expliqué las cosas a Amber y le quedaron más claras que antes, pero aún seguía frustrada porque no entendía el último punto con mis explicaciónes así que decidió irse. Aprobeché para hacer el trabajo de Biología. Tenía que buscar información sobre los líquenes la sala de estudio es enoorme y sus paredes son estantes repletos de libros de toda clase, así que encontré rápido mi enciclopedia de líquenes.

Cuando recopilé la información lo fui a meter en el libro de Biología, pero una textura familiar a el papel rozó mis dedos y no eran las páginas del libro ya que el grosor de ése papel era extraño.

Abrí la bandolera y aquella extraña cosa resultó ser un sobre, un sobre cuyo sello negriblanco era de Laguna Negra.

Con cuidado lo introducí en la bandolera de nuevo para no levantar sospechas. Miré hacia los lados para asegurarme de que nadie miraba y salí del recinto despidiéndome con un saludo de Tinna, la profesora de gimnasia a la que le tocaba la guardia en aquel lugar.

En manos del destino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora